Los Reyes llegaron ayer a la isla de Mallorca, el tradicional lugar de descanso veraniego de la Familia Real, donde la población vive jornadas de duelo por el atentado de ETA del pasado jueves, pendiente también de la operación policial puesta en marcha para localizar a los autores del asesinato de los dos guardias civiles en la localidad mallorquina de Palmanova. El avión de la Fuerza Aérea en el que los Reyes viajaron desde Madeira, tras concluir su visita oficial a la región portuguesa, aterrizó en torno a las 19.45 en el aeródromo militar de Son Sant Joan, donde fueron recibidos por las autoridades civiles y militares de Baleares.

Antes de partir hacia el Palacio de Marivent en un automóvil conducido por Don Juan Carlos, los Reyes tuvieron una primera ocasión de expresar al presidente balear, José Antich, y al resto de autoridades sus condolencias por el atentado que segó la vida de los guardias Carlos Sáenz de Tejada, de 28 años, y Diego Salva, de 27.

A su llegada a la isla, Don Juan Carlos manifestó que a los terroristas "seguiremos dándoles en la cabeza, hay que combatirlos hasta acabar con ellos", al tiempo que afirmó sentirse "segurísimo y encantado" de llegar a Mallorca. Tras ser preguntado por si se sentía seguro al pasar las vacaciones en Palma después de la última acción terrorista, el Rey recalcó que se siente "segurísimo". Respecto al atentado, dijo que "desgraciadamente es así, pero hay que seguir".

Mientras, la búsqueda de los autores del atentado continúa días después del ataque. La Policía mantiene el dispositivo de búsqueda en la isla, intentando evitar la huida de los terroristas con la denominada Operación Jaula, pero a medida que avanza la investigación aumentan las dudas de que los etarras que activaron la bomba-lapa continúen en Palma de Mallorca, tal y como se pensaba en un principio, dado que habrían empleado un temporizador que les habría podido permitir la huida antes de que la Policía pudiese reaccionar.

Se trabaja pues con la posibilidad de que los etarras se hayan fugado y, por ello, se rastrean los listados de embarque en barcos y aviones que salieron de Mallorca en las horas previas al atentado. Aunque algunos medios apuntaron la posibilidad de que la Policía y la Guardia Civil estarían trabajando con la identidad de dos sospechosos, otros indican que aún no se cuenta con ningún dato cierto que permita saber quiénes fueron los autores del atentado.

Igualmente se supo que las dos bombas-lapa colocadas en sendos coches de la Guardia Civil de Calviá -una fue desactivada por los artificieros-, fueron adheridas a los vehículos durante la noche del miércoles al jueves, según la investigación. El artefacto que mató a los dos agentes se activó mediante un sistema antimovimiento y no con un mando a distancia, como se barajó en un principio.

También trascendió que una testigo presencial del atentado declaró que una de las etarras cuyas fotografías facilitó el Ministerio del Interior como sospechosas, estuvo minutos antes de la explosión en las inmediaciones del cuartel. La mujer sostiene que acudió minutos antes del atentado a la sede de Correos a realizar unas gestiones y que se cruzó con la sospechosa. La etarra podría ser Itziar Moreno.

Lejos de Mallorca, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado investigan también el suceso ocurrido la madrugada del sábado en Valencia, cuando dos individuos fueron sorprendidos al intentar robar una furgoneta y huyeron en otro vehículo, del que se pudo averiguar que se trata de un coche robado al que se le había colocado una matrícula falsa de un coche de San Sebastián, según informaron a Europa Press fuentes policiales.