España

Susana Díaz contra Pedro Sánchez: sólo puede quedar uno

  • La política española ya tiene el duelo épico que le faltaba: un modelo de PSOE contra otro. El duelo está servido.

La presentación de la candidatura de Susana Díaz

La presentación de la candidatura de Susana Díaz / Inma Flores

La política española ya tiene el duelo épico que le faltaba. Susana Díaz contra Pedro Sánchez, Pedro contra Susana, un PSOE contra otro PSOE, sólo puede quedar uno. El duelo inevitable, el duelo definitivo, ha empezado.

Lo primero y más importante de cualquier duelo que se precie es intimidar al adversario. Qué mejor que intentar ganar desde el principio la batalla del aforo.

Unas 5.000 personas han acudido en Madrid al acto en el que Díaz ha hecho oficial su candidatura a liderar el Partido Socialista (la organización ha elevado la cifra a 9.000); unos cien autobuses se han desplazado desde todos los rincones de España y otro centenar han sido los periodistas acreditados. Además, se ha tenido que habilitar otro pabellón del recinto ferial de Madrid para que unas mil personas (otra cifra de aforo) pudieran seguir en una pantalla el discurso de la presidenta andaluza.

La segunda batalla crucial que conviene ganar desde el comienzo, y hoy es el comienzo de la carrera de las primarias aunque el Comité Federal no lo haya decretado, es la batalla de la historia. Para ello, nada mejor que reunir en un mismo lugar a Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba para que se fundan el pasado y el presente, y quién sabe si también el futuro.

Otra disputa esencial en este duelo que se avecina, aunque lleva soterrado tres años, desde 2014, cuando Sánchez ganó las últimas primarias, es la batalla de las emociones.

Susana Díaz ha mencionado unas diez veces las palabras "ilusión" y "orgullo", pues lo cierto es que el PSOE de ahora no es un partido sólo en busca de líder, sino también de un estado de ánimo, algo lógico si se recuerda que tiene 85 diputados, que Podemos suma cinco millones de votos y que sigue gobernando Mariano Rajoy.

Pedro Sánchez rodeado de afines. Pedro Sánchez rodeado de afines.

Pedro Sánchez rodeado de afines. / EFE

A tenor de los aplausos que la presidenta de la Junta ha cosechado durante una hora de discurso, a tenor de los instantes en los que la concurrencia se ha puesto en pie, parece que el "100% PSOE" que se ha usado hoy como lema se vuelve a casa con la moral por las nubes.

Esta batalla de las emociones está muy relacionada con la batalla del lenguaje. Precisamente el lema que ha brillado sobre el panel de cristal que ha escoltado a Díaz durante el acto, ese "100% PSOE", avisa ya de por dónde van a circular los mensajes de la sevillana durante la contienda.

Una demostración de ello se condensa, y de qué forma, en el comienzo de la intervención: "España nos necesita y el PSOE está dispuesto a hacerse cargo; hoy estamos aquí por el PSOE y por España y vamos a salir a ganar diciendo que somos el PSOE, el de siempre y el del futuro".

Ha habido más perlas: las apelaciones a la "pasión", al respeto entre compañeros y a que haya debate y no "rencor"; y las referencias a gobernar desde "la victoria" y a pactar con otros, pero no "entregarse a otros".

Todas estas batallas de números y palabras, y de eso intangible que es la emoción, giran alrededor de tres personas, y aquí confluyen todas las batallas: Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López.

Patxi López, en un acto en Cantabria. Patxi López, en un acto en Cantabria.

Patxi López, en un acto en Cantabria. / EFE

El ex lehendakari aparece de momento como tercero en una discordia que tiene visos de ser el duelo político más apasionante de las ultimas décadas.

Aquel duelo entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, incluso el de Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy cuando ella le cuestionaba a él, o el de Almunia y Borrell, son escaramuzas si se comparan con lo que puede avecinarse entre un madrileño de nombre Pedro y una sevilla de nombre Susana.

La relación (o mejor dicho, no relación) entre ambos arranca en 2014, cuando Sánchez gana a Eduardo Madina gracia al apoyo de Díaz. Hoy Madina ha dicho: "Lleváis tiempo pidiendo que Susana y yo estemos juntos. Pues estamos juntos".

A Sánchez no se le ha visto por el Ifema de Madrid, pero ha estado. Nadie le ha citado expresamente, pero puyitas le han caído: desde José Bono o José Luis Rodríguez Zapatero nada más llegar al propio Madina o a la misma Susana Díaz.

Decir que el PSOE es un proyecto autónomo, que hay que gobernar desde la victoria o que no se puede "ocultar la historia" desde "el resentimiento", aparte de llamamientos a la militancia, son también "puñales" contra el que se prevé el gran rival.

Ha sido una mañana invernal a pesar de que la primavera se supone que lleva una semana entre nosotros y ha sido, además, el primer día tras el cambio de hora (hoy todos hemos dormido menos, menos, quizá, la propia Díaz, que se ha pasado una hora de encendido discurso). Ni el frío ni ese desconcierto horario ha hecho mella en los asistentes a un evento concebido como un chute de autoestima.

Belén y Esther salieron de Asturias cuando ni había amanecido; esperaban en un pabellón contiguo el comienzo del acto. ¿Por qué Susana? "Porque es el PSOE real", dice Belén. "Pedro no", apostilla Esther.

Desde Valdepeñas (Ciudad Real), José Antonio. "Es la única opción para gobernar". Procedente de Ávila, Rafael sostiene: "Es la mejor opción posible". José Manuel, de Alicante, quiere decir que es la más valerosa y la más válida, pero emplea una palabra más común que "genitales".

El alcalde de Cornellá de Llobregat (Barcelona), Antonio Balmón, telonero hoy, ha necesitado tres: "Susana, eres tú". La exministra Matilde Fernández alguna más: "Eres la persona más capaz".

Las huestes de Díaz están preparadas, ella también, pero tienen un problema: que a Sánchez le pasa lo mismo.

El duelo está servido.

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