España

El abrazo del oso

  • El Rey recibe hoy a Chávez, a los ocho meses del "¿por qué no te callas?"

La imagen del rey Juan Carlos mandando callar al presidente venezolano por su cascada de insultos a Aznar en la Cumbre de Chile sigue circulando como alma que lleva el diablo y su celebérrimo "¿por qué no te callas?" aún resuena cual disco rayado por tierra, mar y aire, un estrambótico mantra que activó la caja de los truenos de Hugo Chávez, que nunca defrauda (la caja). Ocho meses después van a verse las caras en el Palacio de Marivent y el abrazo multimedia parece que está servido, tal como postula el invitado del monarca.

Empresas españolas como Banco Santander, BBVA, Repsol, Telefónica y Mapfre, entre otras, han invertido en Venezuela más de 1.700 millones de euros brutos desde que el líder bolivariano llegó al poder, en febrero de 1999, según datos del Consejo Superior de Cámaras de Comercio. No tienen ninguna culpa del incidente pero fueron las grandes destinatarias de las amenazas de Chávez, que montó en cólera con lengua afilada y mandíbula de cristal, el binomio estelar de la cofradía del victimismo, los de la impostada polifonía de las lamentaciones -¡huy lo que me ha dicho!- que después de soltar todo tipo de desmanes verbales se sienten acreedores a la más gozosa impunidad porque ellos siempre llevan razón. Toda, no menos. Y algunos de esos cofrades del santo reproche llegan alto, como Chávez, a presidir un país, "un mar de petróleo que ha sido saqueado durante el último siglo y donde sólo se enriqueció una élite", como ha proclamado nuestro prohombre -con toda la razón para variar- en una de las escalas de la gira que le ha llevado por América Latina y Europa, donde ha hecho negocios -armas, energía- con sus camaradas rusos; favores -petrolíferos- a los desfondados compañeros bielorrusos y reforzado los estrechos lazos con Portugal, que cuenta, como España, con una vasta comunidad en Venezuela.

Y la guinda llega hoy, con una reunión de una hora con el Rey en su residencia estival de Marivent, donde las fuertes temperaturas reinantes deberán poner su granito de arena en el deshielo de las relaciones. La tensión ya empezó a rebajarse en la Cumbre América latina-Caribe-UE que se celebró en Lima en mayo, donde Zapatero y Chávez (también se reúnen hoy en La Moncloa) limaron asperezas. Moratinos siguió sacando hojarasca del jardín durante una visita a Caracas hace poco más de un mes, donde proclamó que la derrengada relación bilateral había pasado la página de "un desencuentro que nadie quiso ni buscó".

La clave, como han recordado Zapatero y Rajoy, está en el respeto a las relaciones institucionales. El amable pendenciero se declara ahora encantando de abrazar al Rey y ya ha adelantado que no se piensa callar. No parece la mancha de algún profundo trasunto psicológico, es que le encanta hurgar en una herida que dejó un poso amargo por doquier. Ahora quiere darle cariño al Rey. ¿Le besará? Todo se andará. Le encanta alardear y ahora toca presumir de generoso, que él no viene a disculparse por sus insultos al ex presidente. Si el monarca espera algo parecido, lo tiene crudo como el petróleo de Chávez.

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