El desafío independentista

La campaña llega al ecuador con todo por decidir y el temor a un 'Parlament' ingobernable

  • Acaba la primera semana sin grandes mítines aunque los sondeos auguran mucha participación

Representantes de los partidos candidatos a gobernar en la Generalitat.

Representantes de los partidos candidatos a gobernar en la Generalitat. / EFE

La campaña de las elecciones catalanas ha llegado este miércoles a su ecuador con dos sensaciones encima de la mesa: no hay nada claro sobre quién será el ganador, y el principal problema podría ser que de las urnas saliera un Parlament difícilmente gobernable.

Las encuestas vaticinan una disputa por la victoria entre ERC y Cs, y algunas apuntan a que JuntsxCat -la lista del presidente cesado, Carles Puigdemont- estaría también en disposición de luchar por la victoria la noche del 21 de diciembre.

Ante este escenario, ERC -con Oriol Junqueras en la cárcel- se ha lanzado con Marta Rovira a reivindicarse como "voto útil" soberanista: su tesis es que, ante un panorama tan ajustado, su lista es la candidatura soberanista mejor posicionada para evitar un triunfo de Inés Arrimadas (Cs) y seguir con el proceso independentista -con negociación, pero sin descartar la vía unilateral-.

Con el mismo argumento pero para lograr un objetivo político opuesto, Cs ha pedido concentrar en su lista el voto de los contrarios a la independencia -Arrimadas se reivindica como presidenta de todos los catalanes- y ha advertido de que optar por PSC y PP podría ser tirar el voto "a la basura", dijo Albert Rivera.

Mientras tanto, JuntsxCat -con Puigdemont presente cada día por videoconferencia desde Bruselas- se centra en mensajes contra un "tripartito del 155" de PP, Cs y PSOE, evitando la confrontación con ERC, y desvelando que está dispuesto a correr el riesgo de ser investido presidente aunque luego le detengan.

El candidato del PSC, Miquel Iceta, busca su oportunidad de ser presidente enarbolando la bandera de la reconciliación en todos sus mítines, y se erige como el único capaz de tender puentes desde el catalanismo moderado para subsanar los daños sociales, económicos e institucionales que atribuye al soberanismo.

Con los sondeos en contra, Xavier García Albiol (PP) intenta convencer de que un Govern constitucionalista implica un PP fuerte, reivindicándolo como la mayor garantía contra el independentismo frente a las "tentaciones" de Cs y PSC de pactar con los 'comuns'.

Los 'comuns', posible árbitro

Todas las encuestas auguran que difícilmente habrá mayoría absoluta del bloque independentista ni del constitucionalista, y coinciden en situar a los 'comuns' (CatECP) como muy posible árbitro, dejando en sus manos si decantar la balanza por unos u otros.

La candidatura de Xavier Domènech (CatECP) sabe que puede ser decisiva y ya ha descartado acuerdos con la lista de Puigdemont, con Cs y con el PP; sí contempla un Ejecutivo de izquierdas con ERC y PSC, pero exige a los primeros abandonar la unilateralidad y a los segundos dejar el apoyo al 155.

Y la CUP, con una presencia coral de candidatos y ex diputados, ha incidido en la vía unilateral como opción pragmática para implementar una república, en la aprobación de unos decretos de la dignidad, y en su disponibilidad a colaborar o formar parte del Govern si es para construir república, rechazando programas autonomistas.

Incógnita de Puigdemont y Junqueras

Uno de las grandes incógnitas tras los comicios es, en caso de vencer ERC o JuntsxCat, si sus cabezas de lista tendrían posibilidad de ser investidos: ambas candidaturas defienden que sí, aunque esta posición genera dudas porque Junqueras está en la cárcel y Puigdemont en Bélgica.

Esto ha originado algún mensaje cruzado entre candidaturas: ERC dijo en un mitin que es "evidente" que Puigdemont no podrá ser presidente porque si vuelve será detenido y defendió que Junqueras tiene más posibilidades, a lo que Puigdemont ha replicado que, si hay una victoria nítida de su lista, se ve volviendo al Palau de la Generalitat.

Aunque los sondeos prevén una alta participación, el frío ha llevado a los partidos a celebrar la mayoría de actos en recintos cerrados, lo que ha evitado que se visualicen por ahora los grandes mítines de la campaña de las catalanas de 2015.

Por ahora los dos partidos que ha llenado más son Cs -con 1.200 personas en Girona y Tarragona- y la CUP -2.000 en el Pabellón de la Vall d'Hebron de Barcelona-, aunque este fin de semana será el de los mitines centrales de las candidaturas y allí aspiran a exhibir su fuerza movilizadora.

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