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Chequia perdona la 'traición' de Cech

  • Seleccionador, jugadores y medios del país exculpan al meta del Chelsea de su decisivo fallo en el segundo gol de Turquía

Tuvo que ser precisamente su mejor jugador, Petr Cech, quien traicionara en el último momento a Karel Bruckner, cuyo adiós del equipo nacional checo no fue como se lo había imaginado. "No fue un adiós agradable. No voy a poder dormir en algunas noches", confesó el seleccionador tras caer 3-2 ante Turquía el domingo en Ginebra y quedar eliminado en la primera fase de la Eurocopa de Austria y Suiza.

El delantero Jan Koller y su compañero en el Nüremberg Tomas Galasek también confirmaron hoy que no volverán a la selección. Koller, de 35 años, marcó el domingo su gol número 55 en 90 partidos internacionales, pero no pudo evitar la derrota.

Al igual que el de sus veteranos jugadores, el destino de Bruckner, de 68 años, quedó sellado en apenas dos minutos, los que necesitó el turco Nihat Kahveci para dar la vuelta al marcador con la inestimable ayuda de Cech. Corría el minuto 87 y República Checa ganaba 2-1 cuando un centro por la derecha, con clara ventaja para el portero, se convirtió en el principio de la pesadilla para los centroeuropeos.

Nadie le molestaba, pero Cech dejó escapar de entre sus manos el escurridizo balón para entregárselo en bandeja a delantero del Villarreal, que sólo tuvo que empujarlo al fondo de la portería. Dos minutos después, el mismo Nihat cerró con un lanzamiento esta vez imparable la carrera internacional de Bruckner.

Cech, el portero del casco negro, está considerado como uno de los mejores jugadores del mundo en su puesto. Sin embargo, al meta del Chelsea le persigue la mala suerte. "Todo esto concuerda con la temporada", lamentó el portero checo tras la eliminación. "Primero las lesiones, luego las derrotas en la Premier y en la final de la Liga de Campeones con el Chelsea y ahora esta infeliz eliminación de la Eurocopa", añadió.

A sus 26 años, Cech era uno de los hombres de confianza de Bruckner, técnico con el que debutó en la selección hace seis años. Su traición quitará el sueño a veterano técnico durante algunas noches, pero no enturbiará su relación. "Cometió un error, pero no le haré responsable de la derrota", advirtió Bruckner.

Tampoco el país parece dispuesto a señalar con el dedo a uno de sus mejores jugadores. "Un error fatal de Cech", escribió el tabloide Blesk. "Lo perdonamos. No fue sólo su culpa".

De hecho, los checos no mostraron en Austria y Suiza el juego técnico y fluido con el que deslumbraron en épocas pasadas, como cuando fueron campeones en 1976 o cuando llegaron a la final en 1996. La ausencia de Tomas Rosicky por lesión restó capacidad ofensiva al equipo de Bruckner, que apeló a una versión mucha más rocosa y retraída. Pese a todo, no pudo evitar que los turcos remontaran un 2- 0 en contra. "A un equipo como nosotros no le pueden meter tres goles en 20 minutos", lamentó Tomas Ujfalusi. Una lección para la futura República Checa.

Ahora llega un tiempo de renovación para una República Checa que lleva demasiado tiempo tirando de una generación que deslumbró en el 96, pero que ya tiene pocos exponentes de aquel equipo. Si en la anterior Eurocopa ya se acusaba al conjunto dirigido por Bruckner de excesivamente veterano, en esta ocasión no fue diferente ya que en el once inicial seguían jugando demasiados hombres de más de 30 años, incluso algunos superando la barrera de los 35. Llegó la hora de una profunda renovación.

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