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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Familia y población

Dificultades de las familias del siglo XXI

  • Conciliar la vida familiar y laboral es, a día de hoy y pese al esfuerzo de las administraciones, una misión imposible

Raquel Rendón

La sociedad española se ha sometido en los últimos años a una profunda transformación en la que se ha visto inmersa la institución mejor valorada por los ciudadanos: la familia. La incorporación de la mujer al mercado laboral y su tendencia a permanecer en él después de casarse y dar a luz ha desembocado en una escasez de niños que preocupa y mucho a la opinión pública, porque ellos son el futuro. El estudio de la Obra Social de la Fundación La Caixa Infancia y futuro. Nuevas realidades, nuevos retos (2010) asegura que los motivos que llevan a mujeres de entre 25 y 39 años a no tener hijos es que criarlos entraña muchas preocupaciones (24 por ciento), les dificulta tener trabajo (11 por ciento), es caro (10 por ciento) y les resta tiempo para hacer otras cosas importantes en la vida (10 por ciento).

Aquellas que ya los tienen creen que son suficientes (39 por ciento), costosos (14 por ciento) y les causan problemas (14 por ciento). Conciliar la vida familiar y laboral es, a día de hoy y pese al esfuerzo de las Administraciones, todavía una misión imposible. Es a ellas a las que, en mayor medida, pasa factura la decisión de tener un hijo. Si el 78 por ciento de las mujeres que estaban trabajando en el momento del nacimiento de un bebé de entre 0 y 4 años retomó su empleo tras la baja maternal, los datos apuntan a que el 23 por ciento de ellas -frente a un 4,8 por ciento de los padres- se vio abocada a abandonar un empleo o actividad formativa porque tuvo dificultades para hallar un centro o a alguien que se hiciera cargo de su cuidado. El coste de esta renuncia es mayor aún para las madres sin estudios o con formación primaria, ya que el 31 por ciento abandonó sus quehaceres el pasado año desde el nacimiento de su hijo, una proporción que en las mujeres con estudios secundarios se sitúa en el 29 por ciento y que, en el caso de las universitarias, cae hasta el 17 por ciento.

La asimetría en la dedicación al cuidado del niño sigue siendo más que evidente. En las familias en las que los dos progenitores tienen empleo, la madre dedica una media de 2,3 horas más que el padre a estar con su hijo en día laborable (7,5 horas frente a las cinco de ellos). La diferencia se amplía hasta las 4,7 horas en el caso de que la madre no trabaje, mientras que el volumen de tiempo que los hombres dedican a sus vástagos prácticamente no varía si la mujer está empleada o no. El estudio de La Caixa asegura que un tercio de los progenitores españoles reconoce que el tiempo que pasa con sus hijos es insuficiente. Los autores de la investigación han detectado que las actividades compartidas para el desarrollo del menor no son las mismas en distintos contextos familiares. Por ejemplo, mientras que el 72 por ciento de padres con estudios universitarios narra diariamente un cuento a su hijo pequeño, sólo el 49 por ciento de los que tiene nivel de estudios primarios mantiene el mismo hábito. Es decir, cuantos menos recursos educativos tiene la figura paternal, menos intensiva es su relación con el niño. En los hogares con mayor nivel formativo el 43 por ciento de los hombres se distribuye equitativamente la tarea de contar cuentos con la madre, frente al 29 por ciento de padres con estudios básicos.

No obstante, la contribución de los progenitores al desarrollo y habilidades del crío no depende tanto de la cantidad de tiempo que pasen con él, sino de su calidad. La relevancia de las actividades estimulantes para los menores es indiscutible para la sociedad actual, ya que modulan el comportamiento y proporcionan información clave para entender los mecanismos de reproducción de las desigualdades sociales. Los padres con mayor vinculación al mercado laboral se afanan en suplir el déficit de tiempo compartido incrementando el número de actividades cualitativas con sus pequeños. Los menores se vuelven muy vulnerables cuando este efecto de compensación no se produce, situación que suele registrarse en los hogares donde los progenitores dedican muchas horas al trabajo o son incapaces de emprender la estimulación compensatoria. Los expertos recomiendan en estos supuestos la escolarización temprana, que contribuye a reducir las desventajas del menor antes del inicio de su escolarización obligatoria. Sin embargo, la principal razón que lleva a una pareja a dejar a su hijo en la guardería antes de los tres años es que sus dos miembros trabajan (en el 63 por ciento de los casos). Los cuidados externos son como agua de mayo para los padres trabajadores: el 55 por ciento de las familias con niños de 0 a 2 años pidió ayuda a alguien que no vive en el hogar para cuidar a su hijo. En este escenario cobra especial importancia la figura del abuelo, a la que recurrió el 76 por ciento de estas parejas, aunque en el 79 por ciento de los casos su apoyo fue sólo ocasional, lo que ha otorgado mayor protagonismo a las guarderías. En el último curso escolar había en España 6.947 centros de educación infantil.

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