FERIA Tiempo Sevilla | Este martes se espera que sea el día más caluroso en la Feria

Feria de Abril

Eolo se pasea en coche de caballos

  • Los carruajes y caballistas vieron, por tercer día consecutivo, cómo el viento y la lluvia rompió con las esperanzas de poder vivir un día de esplendor en la Feria

Rafael lleva 10 años trabajando en la Feria como cochero de enganches. En todo este tiempo dice haber vivido todo tipo de experiencias y temporales pero señala "ninguno con tanta agua y viento, y menos tantos días seguidos". Ayer, en la puerta de una de las casetas del real tomaba, junto a su compañero José, un aperitivo en espera de que el tiempo mejorase para poder vivir el tradicional paseo de caballos que con esmero llevaba preparando desde las 7:00. "Venimos de Los Rosales, este es el primer día que enganchamos, pero ya desde el martes estábamos preparados por si finalmente salíamos", indicó el cochero.

La de ayer fue una jornada parecida a la del miércoles, con la diferencia de que el viento estuvo aún más presente durante la mañana y la tarde. La imagen en las primeras horas del paseo de caballos fue también, como en día anteriores, desoladora. Cocheros y carruajes cubiertos de plásticos, flamencas sujentándose la peineta y paraguas del revés. Pero en el real "las ganas por lucir el traje y darse un paseíto en un enganche tirado por caballos nunca faltan", dijo Charo Ramírez que, acompañada por un grupo de amigas, se arriesgó a vestirse con el traje de volantes y montarse en una calesa que entre todas las compañeras alquilaron para el día de ayer.

"No siempre llueve a gusto de todos, pero en la feria el agua es una auténtica ruina". Con resignación Miguel Ortiz miraba al cielo mientras explicaba como "cada día que pasa y el agua estropea el paseo de caballos mi familia y yo perdemos unos 1.000 euros". Una cifra que en algunos casos se incrementa hasta los 4.000 euros cuando se alquila un enganche para toda la semana.

Nada más pasar la portada, los carruajes de servicio público cubiertos por plásticos esperan, todos en fila, que algún cliente solicite un paseo por el real. "Desde luego todo lo que había previsto se ha perdido", dice Alfonso Aguilar, un cochero habitual del centro histórico que por primer año se suma a la feria porque "con lo recaudado tenía pensado comprarme un coche nuevo".

El paseo en los coches de servicio público tienen la tarifa oficial de 86 euros, pero si se va en grupo desde 20 euros por persona el placer de ver la Feria desde la perspectiva de una calesa es posible. El miércoles, explica Alfonso, "cargué tres veces, una cifra bastante buena para como estaba el día". Ayer a las 14:15 todavía no había hecho ninguna carrera. El cochero reseña que, a diferencia de cuando trabaja en los alrededores de la catedral, "la mayoría de los clientes han sido de la ciudad, pocos extranjeros".

Con las crines mojadas y cubiertos por lonas o plásticos la belleza de los caballos quedaba oculta tras el vendaval. "También ellos salen perdiendo", indicó Javier Gómez, uno de los pocos jinetes que se atrevió a montar en su caballo, Reluciente -nombre que no dejaba de resultar paradójico mientras una nube gris se posaba sobre el albero de Los Remedios-.

Las prisas por disfrutar de una Feria que se va sin ver el sol hizo que a partir de las 16:30, momento en el que el aguacero dio una tregua, las calles comenzaran a llenarse de feriantes sedientos de baile y trajes de volantes, así como de enganches cuyos pasajeros lucían sus mejores galas, además de paraguas que de forma intermitente se veían obligados a abrir.

"Corre, aprovecha que ha salido el sol", avisaba María del Mar Herranz a su cochero Francisco en un intento por no desperdiciar ni un segundo de calma del temporal. En el coche, acompañaban a María del Mar tres niños de la familia de los que señaló "estaban ya nerviosos, deseando de darse un paseo". Ella, al igual que María Jesús Fernández, dice no haberse perdido "ni un día de Feria, además estoy vestida de flamenca desde el martes porque esto es una semana al año y para los que la disfrutamos lo hacemos con o sin lluvia, aunque este año nos quedemos con las ganas de disfrutar de la luz del paseo de caballos".

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