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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Feria de Abril

Glamour bajo el 'oro fino'

  • Los ‘claveles de la prensa’ se convirtieron en el acto social más destacado durante un martes en el que las bajas temperaturas y la lluvia acapararon más ‘flashes’ que cualquier personaje popular

Hay que venir a la Feria porque, aunque llueva, es ‘oro fino’ que cae del cielo para Sevilla”. Muy poética la comparación de la consejera. Aunque los charcos que pisemos después sobre el albero no sean precisamente “lagos dorados de aguas cálidas” sino más bien frías humedades que se calan hasta los huesos.

De todos modos, dejándose llevar por el espíritu de su cargo, como responsable del área de Cultura de la Junta de Andalucía, a punto de expirar legislatura, Rosa Torres revestía con espíritu positivo la jornada de ayer. Un martes que, de pronto, empezó a derrumbar las expectativas de ver a María Teresa Campos, y a su hija Terelu –alojadas, como siempre, en el Alfonso XIII–, o a Ana Rosa Quintana, y su esposo, Juan Muñoz. O de, en la caseta de Manolo Gallardo, saludar a los futbolistas del Sevilla, Jesús Navas y Daniel Alves, quienes aplazaron hasta hoy su comparecencia en “Los Amigos del Corazón”, donde sí se encontraba, en cambio, el gaditano Antonio Martínez Ares.

En cambio, quienes no faltaron a la cita, a pesar de las inclemencias metereológicas, fueron los galardonados por la Asociación de la Prensa, en cuyo espacio su presidenta, Nani Carvajal, entregaba los míticos “claveles” con los que, cada año, los compañeros informadores reconocen determinadas trayectorias de personajes de nuestra tierra. A saber, en esta ocasión, Manuela Carrasco, Antonio Garrido y, mención especial, Victorio y Lucchino, la Moda Flamenca del Aljarafe.

Manuela, vestida con traje de chaqueta y abrigo blanco y camisa negra, fue la primera en aparecer. A su lado, su marido y unos amigos entre los que se encontraba La Susi. Así, a la Medalla de Andalucía y el Premio Nacional de Danza –a finales del pasado 2007–, la bailaora unía este reconocimiento, grande en valor sentimental. “Que se acuerden de ti para cosas así siempre es agradable”, confesaba la artista inmersa de pleno en la gira de su espectáculo Romalí.

Más tarde, Antonio Garrido llegó para unirse a sus progenitores, José Luis Garrido Bustamante y su mujer, orgullosos de compartir el éxito, como presentador y actor, que ha alcanzado su hijo. “El primero en realizar logros importantes fue Ángel, director de programas de televisión como Menuda noche”, explicaba el mítico locutor. “Antonio ha sido el que ha dado más la cara”. “Estoy muy nervioso por recibir este reconocimiento delante de mi padre, gran profesional, y mi madre, gran persona”, admitía el conductor de Identity que, en pocas palabras, resumió lo que fue una jornada de vértigo. “Como no había billetes en el AVE, esta mañana he tenido que coger otro tren. He viajado con el tiempo justo de cambiarme y, aunque a los toros no podré ir porque se han suspendido, sí tengo que acercarme con dos amigos a firmar la toma de dichos en San Lorenzo, necesaria para poderme casar. Después, a las once de la noche, vuelvo a la estación camino de Madrid…”. Garrido relataba su agenda bajo la mirada de una madre cuyos ojos, emocionados, expresaban un amor que ninguna palabra hubiera podido transmitir.

Por su parte, José Luis y José Víctor, nuestros diseñadores más internacionales, comparecían junto a su inseparable Esther Álvarez-Ossorio, persona de confianza de la pareja que más expectación despertó. Firmaron autógrafos, se hicieron fotografías con algunos asistentes y atendieron a los reporteros como las grandes estrellas que son. Ambos, que ya poseen los mencionados “claveles” de una edición anterior, eran destacados, una vez más, por su contribución a la moda, bajo cuyos dictámenes combinaron vaqueros con camisa y chaqueta y, como calzado, botines con detalles de charol. “Estamos aquí gracias a vosotros, los medios”, declaró José Luis. “Trabajamos en equipo”. Ni la lluvia, ni el viento, ni el frío pudieron con su glamour. De flamenca o de fiesta, con taconazos o espartos, que nada nos impida entonar, a los amantes de lo fashion, nuestro grito de guerra: ¡antes muertos, que sencillos!

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