La Feria colgó ayer el cartel de completo. Lleno en la antesala del día grande. El sol calentó el real, encendió el albero y subió la temperatura a un paseo de caballos que hasta ahora había estado un tanto descafeinado. Se volvieron a registrar algunos atascos entre los carruajes. El calor sacó a las personas de las lonas y fue difícil ir de una caseta a otra sin chocarse una y otra vez. Funcionaron los abanicos. Los farolillos volvieron a renacer, al menos en algunas de la calles y hoy deben estar ya puestos en la mayor parte del recinto, como anunció el Ayuntamiento.

Matilde Coral, Manu Sánchez y Esmeralda Valderrama, de Danza Mobile, Claveles de la APS.

Chema del Estad, Isabel Luna y Luis Miguel Martín Rubio.

La Asociación de la Prensa de Sevilla entregó a mediodía de ayer sus tradicionales claveles durante la Feria de Abril. Este año los galardonados han sido la asociación Danza Mobile, que trabaja desde hace más de 20 años en el desarrollo integral de personas con diversidad funcional por medio de las artes; el humorista Manu Sánchez, quien realizó una defensa del periodismo y la libertad de expresión al recibir el premio; y la bailaora Matilde Coral, un referente de la danza y el flamenco en España, que fue llevada en un coche de Protección Civil hasta la caseta. El presidente de la APS en su intervención tuvo unas palabras para los tres bomberos sevillanos que serán juzgados el próximo mes de mayo en Grecia por su actuación humanitaria en el Mediterráneo y para José Manuel de la Linde y Antonio Cattoni, periodistas de Canal Sur Radio multados mientras cubrían en noviembre de 2016 el traslado del Gran Poder a la Catedral.

En la Feria de Abril se almuerza a la hora del té. A las cinco de la tarde es prácticamente imposible encontrar hueco en alguna barra para tomar un refrigerio, y no digamos ya una mesa. Tarea heroica. Las casetas de los aparejadores, la del Ateneo o la del Real Círculo de Labradores se encuentran atestadas a esa hora. En un bar situado en una de las calles de Los Remedios que conducen a la Feria César Ramírez, arquitecto, pintor y diseñador de la portada, repone fuerzas. "Esto es una vorágine. El resultado ha sido espectacular. Me paran a las cuatro de la mañana para felicitarme. Se ve que es de corazón". Con la voz rota, como un capataz en el regreso de su cofradía, se muestra encantado del resultado final. "Esta portada es para verla en 360 grados. Tiene muchos detalles, como la decoración animal, los pilares cilíndricos, los gallardetes que es la primera vez que se utilizan". Ramírez ha realizado algunas láminas de la portada para adornar algunas casetas, como la de su Hermandad del Museo o la de Las Cornetillas, relacionada con el Regimiento de Soria 9. La diferencia con la estructura real es que en vez del escudo de la ciudad en su centro éstas tienen el de la cofradía y el del regimiento militar.

Contraluz en la tarde del martes.

Los poblados árboles del real de la Feria deparan que el paseo sea agradable. Los naranjos, además, están cuajados de azahar y perfuman la escena. Durante el tiempo que están parados los carruajes se observan algunos fallos en los atuendos. Principalmente, coches a la inglesa con cocheros de corto y coches a la española con éstos al modo inglés. En torno a la mesa y una copa de manzanilla se cultiva la amistad, como la que fomentan los hermanos Moya Puch, sobrinos del recordado Daniel Puch, pintor del Señor, en su caseta Los Armaritos. El sábado estarán lejos de su querida Feria para animar, en una final más, sí, otra, al Sevilla Fútbol Club. Farolillos por bufanda.

El mejor anfitrión de la Feria es Luis Miguel Martín Rubio. En su caseta se encuentra Isabel Luna, una de las grandes voces flamencas del momento. Un grupo canta sevillanas y unas jóvenes se arrancan a bailar. Son las horas grandes de la Feria. Por la noche el ambiente se enturbia y enrarece. Las rumbas y las sevillanas dejan paso, cada vez más, a músicas que nada tienen que ver con esta fiesta en casetas que se transforman en discotecas. El Ayuntamiento haría bien en velar por la pureza, como marca la ordenanza, antes de que sea demasiado tarde. El sol cae tras el cerro de los Sagrados Corazones de San Juan. Los caballos empiezan a marcharse, pero el ambiente no decae. Hay ganas de fiesta. Muchas. Los camiones de Lipasam baldean las calzadas. El real sigue atestado, preámbulo de la jornada grande que se vivirá hoy.