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la crónica del viernes

Como fuego en el cuerpo

  • Los fuegos artificiales cierran esta noche la Feria que refrendó un día más de fiesta

  • El Consistorio saca pecho por la mejora de respuesta en todos los parámetros

LOS duendes de la Feria volverán a colocar a partir de esta noche los trajes de fiesta en el armario del cartel de Nuria Barrera. También los guardarán las muchachas que bailaban en el de Juan Valdés o la que muy senequista aguarda sentada el paso del tiempo en el de Félix de Cárdenas. Fuego en el cuerpo, como la película de Kasdan; y en el alma a partir de esta noche con los 525 kilos de pirotecnia que emergerá desde el muelle de Nueva York. A quien madruga, el Ayuntamiento ayuda y por eso han dado una propina hasta las cuatro de la mañana del domingo para iniciar las tareas de limpieza.

Hay militantes de la Feria, machacantes en el argot del real, y feriantes por militancia. Es el caso de Daniel González Rojas, que nació tres días antes de la primavera de 1988, en la quinta Feria del alcalde Manuel del Valle. "No me gusta la Feria y en el referéndum voté en contra de la ampliación", dice este joven munícipe de Izquierda Unida, de guardia desde el pasado domingo en La Pecera, la caseta del Pecé.

La hoz y el martillo forman un volante perfecto, el icono de este aggiornamento en virtud del cual en la caseta comunista, con carteles de Pasionaria, Fidel Castro y el Che Guevara, suenan las sevillanas del adiós que compuso Manuel Garrido y le cantaron al papa Woyjtila cuando celebró la misa en la calle del infierno en diciembre de 1982. La carrillada republicana no viene de Carrillo y la sirve un norteamericano, comunista de Indiana que parece sacado de la Brigada Lincoln.

Las sevillanas del adiós de Garrido se las cantaron al Papa y sonaban en 'La Pecera'

La Feria es una Arcadia feliz donde no hay cajeros automáticos, franquicias y farmacias. Por eso los viandantes de Asunción le alaban el gusto a Carla Blanco, la farmacéutica de esa calle que ha colocado una caseta en miniatura, puesta en escena muy quinteriana con una mesa, varias sillas y una hilera de farolillos. La única medicina del real son las fotos de Manolo Aspirina.

Manolo Arenas, técnico de Radio Sevilla, lleva casi cuarenta ferias en el cuerpo. Desde que la emisora hacía el programa en la caseta de la Casa de Cazalla. Le piden música y pone unas sevillanas de Sal Marina. Lentas, de autor, de culto, sevillanas de arte y ensayo, como una película de Antonioni. Era un guiño que le hacía a su parienta, montañesa de Reinosa. Antes de conocerla, pasó muy cerca de allí al volante de un coche cuyos ocupantes eran Jesús Quintero, José Luis Ortiz Nuevo y Jesús Melgar, que viajaban al penal de El Dueso para entrevistar a Rafi Escobedo.

El real es una Arcadia feliz donde no hay cajeros automáticos, franquicias ni farmacias

Llevan la orquesta puesta y les hacen fotos junto a la portada. Se llaman Sones Nuevos y vienen todos los días desde El Coronil con su repertorio de "sevillanas, rumbas y mucho más...". Llegaron a las cinco de la tarde "y nos iremos a las cinco de la mañana". Ayer estaban contratados en tres casetas de Antonio Bienvenida, Ignacio Sánchez Mejías y Pascual Márquez. Vienen del pueblo de Diego Cañamero y los hermanos Bernal, catedrático de Literatura y de Historia. Donde convivían las huelgas de hambre de las sevillanas jornaleras con el esplendor de Gargantúa, los platos superlativos de Casa Curro.

La Avenida de la Constitución, la calle San Fernando y la calle Asunción son caminos para la Feria. Por la primera camina, quién sabe dónde, Paco Lobatón. Hay más trompas que en la selva de Kipling. Es la música del pasodoble Amparito Roca, del maestro Teixidó, que interpreta el cuarteto Sevihorn. "Trompa en inglés", explica Irene Manso, una de las componentes del grupo, que completan Alejandro Huete, Erik Antúnez y Manuel Hernández.

El Ayuntamiento saca pecho en el baile por sevillanas. Fuentes municipales aseguran que hasta ayer jueves pasaron por el real tres millones de personas. Celebran que el éxito democrático -referéndum- haya sido también demográfico. En el recuento final habrá que incluir a los aficionados de la Real de Sociedad -Silvio dixit- que ayer se darían una vuelta después del partido de su equipo en Nervión.

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