Feria

Un abanico contra el calor

Los abanicos son, sin lugar a dudas, uno de los elementos que han sobrevivido con entereza al paso del tiempo y a los avances tecnológicos. Ya sean de tela, plástico o madera todos cumplen la misma función: combatir el sofocante calor veraniego. Además, también sirven como complemento femenino, utilizado especialmente en los días de feria.

En pleno Paseo de Almería, se encuentra la joyería-bisutería Segur, un negocio que también ha resistido a las inclemencias de los años, ya que lleva vendiendo artículos de regalo desde antes de la Guerra Civil, aunque el local original se encontraba en la zona de las cuatro calles. En la actualidad, es regentado por Loli Segura, quien heredó la tienda de sus padres.

En el interior del establecimiento se pueden ver toda clase de recuerdos típicos de la provincia, desde indalos hasta mantones de manila, aunque los reyes del escaparate son los abanicos. Estos ejemplares únicos se elaboran artesanalmente en Valencia, para llegar a las manos de los compradores almerienses. "Los que más compran son la gente de aquí y los turistas del resto de España, más que los extranjeros, que tienen poca tradición flamenca", explica Loli Segura.

"En general, la gente compra muchos abanicos, no sólo para la Feria, aunque se nota esa fecha", cuenta Loli Segura. Lo más normal para esta vendedora es que se acerquen muchas mujeres en busca de estas auténticas piezas de colección, ya sea para su propio uso o como artículo de recuerdo. Una tradición en la provincia es regalar abanicos a las invitadas de las bodas, por lo que la tienda también recibe algunos encargos para estos eventos.

El precio medio de estos objetos suele ser de unos veinte euros, pero también se pueden encontrar desde los seis euros de los más baratos, hasta los seiscientos que pueden costar los más sofisticados. Un elemento de la tradición popular que puede llegar a ser todo un lujo para algunos.

"El bajón se notó mucho más el verano pasado, y también en Navidad. Por ahora las ventas van bastante bien, mejor de lo que se esperaba. Quienes vienen a comprar no entienden de crisis", explica Loli Segura. El sofocante calor de este año, unido a la tradición, han contribuido a que nadie se quede sin un socorrido abanico para aguantar la Feria.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios