Feria del libro Tres escritores analizan el rumbo de la literatura contemporánea

"La 'generación Nocilla' es vieja ya; todo caduca antes"

  • La revista literaria 'Mercurio' celebra su número cien con un debate sobre "los caminos de la nueva narrativa" española

La revista literaria Mercurio, editada por la Fundación José Manuel Lara, celebró ayer el lanzamiento de su número cien con una charla sobre "los caminos de la nueva narrativa" española, en los que inevitablemente acabaron señalando a la llamada generación Nocilla. Moderado por Guillermo Busutil, director de la publicación mensual, y sin ninguna representación del equipo fundacional, el acto contó con la participación de Adolfo García Ortega, Fernando Delgado y Magdalena Lasala.

Hace pocos días, Tom Wolfe, antiguo gurú del nuevo periodismo, proclamó la marcha de la novela hacia su "suicidio". O sea que de momento, muerta no está. Sin embargo, su evolución está sugiriendo un cambio de paradigma. Wolfe, por ejemplo, recordando sus años de profeta, señaló al periodismo como el género narrativo del siglo XXI por excelencia. En la pérgola de la Plaza Nueva, los participantes de la mesa redonda coincidieron con Busutil en que la novela, "género impuro por definición", según Delgado, está cada vez más marcada por la "poética del mestizaje y de los géneros rotos, la autoficción, la convergencia de multitud de géneros en un mismo relato y el hipertexto". En España, a raíz de un encuentro de jóvenes narradores organizado en Sevilla por Seix Barral en junio del año pasado, hizo fortuna la expresión generación Nocilla, así llamada por el proyecto de Agustín Fernández Mallo. Bien, pues ha pasado algo menos de un año y "es vieja ya", según Fenando Delgado.

"Ahora caducamos todos antes. Y además, la generación Nocilla no es la generación de internet; ésa está por venir aún", apostilló el también periodista. Pero este grupo -si es que existe como tal, lo que aún no está muy claro- no sólo está caduco, a juicio de Fernando Delgado. Además, a Adolfo García Ortega, poeta y novelista, le parece que a estos autores "lo que más les importa es el dinero". "¿Se venderá esto?, es lo primero que preguntan. No es necesariamente malo, pero sí los define. Antes medíamos nuestra ambición con las grandes bibliotecas; ahora los más jóvenes buscan un lector inmediato", opinó el autor de Autómata o El comprador de aniversarios, su último trabajo en prosa.

García Ortega, que no parecía tener un día muy optimista, auguró además un futuro de "anonimato" para los escritores. "Cambiará el concepto de autor. Ahora, para la gente de 20 años para abajo, lo masivo es el videojuego, cuya autoría es compartida. Pasaremos del autor subjetivo y genialoide, por decirlo así, al autor colectivo y diluido".

Magdalena Lasala, conocida especialmente por sus novelas históricas (la última de ellas Zaida, la reina maldita), le dio la réplica. "Cuando salió el vídeo, no se acabó el cine. Yo lo viví, y eso es lo que se pensaba", dijo sobre las conjeturas apocalípticas acerca del impacto de internet en la literatura (y la lectura). "Y somos nosotros, los mayores, los que hemos obligado a las nuevas generaciones a plantearse a qué se dedicarán en la vida en función de la pasta que ganarán".

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