Antonio de la torre, actor y periodista

"Quien no tiene llenas la cabeza y el alma, está condenado a ser esclavo"

  • El malagueño cree que la única liberación posible está en la educación y la cultura.

-Montoro dijo hace unos días que "los problemas del cine español no tienen que ver sólo con las subvenciones, también con la calidad". Aunque luego matizó la afirmación. ¿Qué le parece?

-Me voy a la definición de Cultura que hace la RAE. "Cultura: conjunto de conocimientos encaminados a formar un juicio crítico". Yo creo que un pueblo sin cultura es un pueblo sin formación y que puede ser fácilmente adoctrinado y sometido, y esto ya es más peligroso. Entiendo que estamos en un contexto de crisis en general y no me voy a poner a llorar por los males del cine o de la cultura, pero sí quiero señalar que después de comer, la cultura es algo esencial para que una sociedad pueda caminar hacia la libertad y crear las condiciones para que estas crisis no vuelvan a ocurrir. Para mi es algo cíclico en la historia de la humanidad el hecho de que el poder que aglutinan unos pocos termine sometiendo a muchos. Y creo que la única liberación posible está en la educación y la cultura para conseguir ciudadanos libres que se pongan de acuerdo los unos con los otros. Ese es mi sueño.

-¿Es un sueño perdido?

-Para mí está perdido, pero tengo una niña de tres años, Martina, y sueño que pueda heredar ese mundo en el que ningún ser humano someta a otro. Y por eso insisto en la importancia de la cultura, aunque la gente diga que lo que debe preocupar es llenar el frigorífico. La gente que no tiene llena su alma y su cabeza está condenada a ser esclava.

-Supongo que el IVA al 21% no ayuda demasiado, entonces.

-Claro... Me pillas un poco en bragas en el sentido de que no tengo datos para argumentarte esto. Pero por lo que he podido leer, ha caído la recaudación. O sea, que al final ni siquiera es una medida que esté significando más dinero para las arcas del Estado.

-¿Es partidario de reclamar un fondo específico al margen de los Presupuestos Generales del Estado, como en Francia?

-Francia para mí es el modelo de cultura. La cuota de pantalla allí es del 45% y prácticamente de cada dos películas que se estrenan una es francesa. En España creo que andamos por el 15%.

-¿Qué otros males padece el cine?

-Hay muchos males, se me ocurren muchas cosas. Yo creo que el doblaje no contribuye porque genera un efecto perverso en la digestión de la cosa cultural. Luis Tosar, que seguramente es el mejor actor que tenemos en España, me contó una vez en Los Ángeles que su agente le decía que él no hablaba bien. ¿Te imaginas al maquea de Padre Coraje doblado al japonés? Esa cosa andaluza, eso que va más allá de la lengua y el idioma y que es una manera de hablar (ya cuenta una historia y una cultura) es imposible de conseguir cuando se dobla. Cuando se dobla se mutila algo, el actor es su voz. Y me voy a un dato práctico: en Portugal todo se emite en versión original y el 60% de los portugueses hablan en inglés. Y créeme que es muy útil, ahora el inglés es como el latín moderno.

-¿Hablamos de la piratería?

-La piratería no está ayudando. Entiendo que es un tema complejo y yo he dicho que tengo la idea de que por debajo de un nivel de renta se podrían dar cupos para ir al cine, para poder consumir de forma más económica servicios de vídeo en streaming. Hay plataformas buenísimas como Filmin, que ofrecen productos a muy buena calidad. En fin, estudiemos fórmulas, yo estoy abierto a todas. Desde los impuestos o desde los fondos del Estado, subvencionemos la cultura. Pero el todo gratis no puede ser. La cultura no nace de nada. Si un artista, un escritor o un cineasta no tiene para comer, pues no podrá hacer películas ni habrá nada que ver.

-Volvamos a Francia. Ha rodado hace poco allí.

-Sí, una película sobre la historia de cien años la FIFA, con Gérard Depardieu. Él hace el papel de Jules Rimeti, que fue el primer presidente de la FIFA. Luego está Joao Havelange, interpretado por Sam Neill, actor que hacía del marido de Holly Hunter en El piano y que también sale en Parque Jurásico. Y Tim Roth hace de Joseph Blatter. El personaje que yo hago es Enrique Buero, un embajador uruguayo en Bruselas que en 1995 convenció a Jules Rimeti de que organizara el mundial en Uruguay. Es un papel de seis días. Tenía tres días en los que hablaba y tres que no, en inglés. Y de los tres días en los que no, improvisé unas cosas en castellano porque me lo dijo el director y quedé muy contento. Fíjate, trabajar con Depardieu, ese Ciyrano de Bergerac...

-¿Es muy futbolero?

-Mucho.

-¿De qué equipo?

-Del Málaga. Huelva tuvo su final en la Copa del Rey, con un par. Y perdió tres a cero, qué pena. Me acuerdo perfectamente porque en aquella época yo trabajaba en Canal Sur, en Deportes. Estaba Lucas Alcaraz. Había un futbolista en aquella época que se llama Miguel Ángel Espínola, que jugaba de lateral, y me hice amigo de él. Y con Lucas tengo muy buena relación. Un día me lo encontré en Granada. Yo estaba rodando y le acababan de fichar allí.

-Entonces no le puedo pedir que se decante entre Iker Casillas o Diego López.

-Yo era un poco del Madrid de chico, pero me he quitado porque no me gusta el modelo que representa Florentino. No me gusta. Es un modelo mercantilista, capitalista y caprichoso.

-¿Galactiquísimo quizás?

-Sí, galactiquísimo. Y al final en la vida te terminas posicionando y hay algo ahí que... Pero bueno, esto es como el que tiene un primo tonto. Luego, cuando juega con el Barcelona, igual me alegro cuando gana. Raúl sentó en el banquillo a Butragueño, pero creo que no era el momento de Iker, no está para jubilarse. Lo que pasa es que también es verdad que Diego López es un gran portero. No obstante, lo de Iker ha sido una decisión caprichosa de Florentino. Y no es justo.

-Cambiando radicalmente de asunto, ¿le gustaría ponerse a las órdenes de un director latinoamericano?

-Me fliparía. Me parece que tiene mucha vida Latinoamérica y que es el futuro. Europa es un continente ya viejo y aquí somos unos burguesitos apalancaos. En Latinoamérica está la vida, allí pasan cosas de verdad. Para mi Argentina es al cine, como al fútbol. Son los maestros. La última película que vi en el Iberoamericano hace un montón de años fue Rosarigasinos, de Federico Luppi con Ulises Dumont, que murió. Y cuando la ví dije: "Estos son actores de verdad, y no las mariconadas que hago yo".

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