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Entrevista

"El mundo de los actores es muy mitómano de sí mismo"

  • Pipo Fernández · Fotógrafo cinematográfico

'Manolito gafotas', 'Planta Cuarta', 'El oro de Moscú', 'El caballero Don Quijote', 'El corazón de la tierra', 'Vete de mí', 'Celos', 'Libertarias', 'El día de la bestia', 'La pasión turca'... Seguro que recuerda todas estas historias de pantalla grande. Detrás de las fotos del cartel y del rodaje de cada una de ellas, existen más películas que las de celuloide, las de la cámara de Pipo Fernández, el fotógrafo del cine español.

-No es un desconocido para el Festival de Cine Iberoamericano.

-En absoluto. Es un Festival en el que he estado mucho, cuatro o cinco veces ya.

-Cómo ha visto esta edición, la trigésimo cuarta ni más ni menos.

-La he visto mejor, cada vez hay más gente. Además, es un Festival familiar, lo cual me alegra. Es decir, que no es esa jauría humana de otros como el de San Sebastián o el de Málaga, o como la locura absoluta de Venecia o Cannes. Es de andar por casa, en el buen sentido de la palabra, entrañable.

-Assumpta Serna dijo que era un Festival para el diálogo.

-Eso es. En cuestión de negocio, lo bueno que tiene es que da tiempo para encontrarte a la gente en un bar y hablar, te enterarte de cosas. A mí no me dan trabajo los actores, sino los productores, y es fundamental saber quiénes son y en qué van a trabajar.

-Hay que estar a la última.

-Soy foto fija y hago prensa (trabaja para Fotogramas). Me considero más lo primero que lo segundo. Lo que interesa es enterarse de lo que se prepara para poder trabajar, aunque hay gente que me llama porque me conoce. Pero siempre hay quien te conoce en tu faceta más frívola y se sorprende al saber que te dedicas a la foto fija, como me pasó con el director José Luis Cuerda. Éste es un mundo muy egoísta y cada uno va a lo suyo. Me da mucha rabia, por ejemplo, que la gente de la industria vaya a ver una película y que no se quede a ver los créditos.

-También ha sido el fotógrafo de 'Esperpentos'.

-Sí. Se proyectó en la inauguración del Festival y cuando salió mi nombre ya la Casa Colón estaba vacía.

-Había hambre

-(Risas) Sí, sí, sería eso. La gente lo da todo por un canapé.

-¿Cómo se introdujo en el mundillo de la foto fija?

-Empecé hace 23 años en 'Redondela', de Pedro Costa. Lo hice como pude. Él era conocido mío, pedí una oportunidad, trabajé medio gratis. La gente cree que trabajando más barato tienes más oportunidades, pero es mentira.

-Ha sido autodidacta.

-Me he ido formando con el tiempo, pero cuando empecé hacía fotos como las puedes hacer tú.

-¿Cómo ha evolucionado la foto fija?

-Ha cambiado mucho. Antes sólo se usaba para hacer las carteleras o para los raccords (la continuidad de planos), pero ahora con las nuevas técnicas no se usa eso. Ahora hay una script que lo apunta todo. Éramos una especie a extinguir. El foto fija parece el marginado de un rodaje. Sin embargo, lo que yo fotografío es lo que va a vender la película.

-Pero se está perdiendo la esencia de la profesión.

-Completamente. Es todo muy frívolo y, como ya cualquiera hace fotos con un móvil o una cámara, la gente se pone a hacer fotos en el rodaje y los productores, que son muy cucos, les piden algunas imágenes. Pero ese material no sirve para hacer un cartel o un mural promocional.

-Y la promoción es esencial.

-No hay más que ver que los americano hacen verdaderas porquerías pero todo el mundo va a verlas. La cuestión es que invierten muchísimo dinero en promoción, mientras que en el cine español se descuida. Si no eres un producto vendible de antemano como un Almodóvar o un Amenábar, puedes hacer 'Quo vadis' que, sin promoción, nadie irá a verla.

-Siempre he prensado que las fotografías que vemos en la promoción de las películas, excepto las del cartel, eran fotogramas en sí mismas.

-Eso intentaron, pero no lo lograron. Sin embargo, técnicamente, un segundo en cine equivale a 24 negativos y si lo separas, verás que está vibrado.

-Pues menos mal, ¿no? ¿Y ahora que existe la tecnología digital?

-Más todavía, porque va a 25 frames por segundo.

-¿En qué momento del rodaje realiza las fotos?

-Depende. En la mayoría aprovecho los ensayos reales. Pero también eres cómplice del ayudante de dirección y aprovechas para hacer justo cuando finaliza una escena y pides a los actores que la repitan. El problema es el sonido que hace la cámara siempre, porque luego se percibe en la película.

-'Fotografiando películas', su exposición, ha estado en la Casa Colón estos días.

-Sí, sí. Me gusta mucho porque es muy personal. Es un homenaje a la parte que nadie conoce del cine: hay contraluces, detalles, figuración.

-Su fotografía ideal es...

-Es un topicazo, pero imagino que todavía no la he hecho.

-¿Quiénes son los actores más fotogénicos de España y a quiénes les gustaría fotografiar?

-Ante todo, no soy mitómano. El mundo de los actores es, generalmente, muy mitómano de sí mismo. Penélope Cruz o Aitana Sánchez Gijón son muy fotogénicas, por ejemplo. A Juan José Ballesta o a Jorge Sanz les quiere la cámara y luego son gente que no llama la atención, no como Miguel Ángel Silvestre, El Duque, que tiene mucha facha y da muy bien a cámara.

-Hay directores a los que tiene especial cariño.

-Tengo especial cariño a Álex de la Iglesia, como a Vicente Aranda. Son el yin y el yang. Aranda es un hombre muy trabajador, tiene una gran visión de todo lo que hade, es muy trabajador. Con Álex he trabajado desde 'El día de la bestia' hasta el 'Plutón verbenero' que estamos haciendo ahora. Es un gran visionario, es un tipo sencillo que trata a la gente muy bien, es uno más y se involucra en todo. Es una persona difícil de encontrar en el mundillo.

-¿Cómo está viviendo el rodaje de 'Plutón verbenero'?

-Puff, es genial. Muchas veces parece que estés jugando a ser pequeño, es muy divertido aunque estemos trabajando. Hay cosas que no se pagan con dinero.

-¿Qué hará después de rodar con Álex de la Iglesia?

-Acabaré pronto. Dicen que da mala suerte, pero para enero creo que me tengo un proyectillo.Un día te metes en una nave espacial, luego te vas al cómic de Mortadelo y Filemón, te vas a una guerra... Ahora espero irme a la Segunda Guerra Mundial, a un rodaje en Bulgaria.

-No hay tiempo para aburrirse.

-Qué va, no paro.

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