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Elecciones

Un partido en estado de buena esperanza

  • Tres candidatas de Izquierda Unida están embarazadas o a punto de dar a luz · Una de ellas participó ayer en un acto

A tres candidatas granadinas de IU la noticia de que iban en las listas les cogió en la misma situación. Con una barriga voluminosa y una vida en su interior. Casualidad, seguro, aunque es fácil sacar una conclusión positiva como la que aporta Carmen Pinilla, primera suplente en la lista al Parlamento de Andalucía y que asegura que esa coincidencia demuestra "que somos una gente con ilusión y que por eso queremos traer niños al mundo, porque tenemos optimismo".

Carmen ha sido madre hace poco más de tres semanas. Su criatura se llama Miguel y ella, en un rapto de originalidad propio de los padres -y más ella, que es primeriza- asegura que es "el más guapo del mundo". La candidata, de 27 años, dio a luz cuando la precampaña estaba a punto de convertirse en campaña a secas. Concejal en Salar, donde es también coordinadora local, dice que no se puede permitir el lujo de dedicarse sólo a su criatura. Y menos aún en un partido que siempre ha querido ganar la calle.

"La baja por maternidad no existe en política", bromea, para añadir, más en serio, que en su localidad no son muchos los que puedan echar una mano, así que se ve en la obligación, al menos moral, de aportar algo. Aunque sea "organizar a la gente para pegar carteles o preparar a los interventores de las mesas electorales".

Le encantaría que al aumento de su familia se sumara una segunda alegría, la del ascenso de su formación. No lo ve muy claro, entre otras cosas porque cree que la Ley Electoral pone más trabas a los que son más pequeños. "Pero sí espero que se nos vea como una alternativa de futuro", augura.

Rosa Ildefonso, en cambio, ya sabe lo que es ser madre. Ya lo fue hace tres años, pero pronto lo va a experimentar por segunda vez. En poco más de un mes, para ser precisos. Lleva un embarazo muy bueno y ha dejado de trabajar temporalmente en el Centro de Estudios Municipales y Cooperación Internacional de la Diputación. Pidió un permiso electoral, lo que le permite ayudar en la campaña en la medida de sus posibilidades.

No es primeriza en la maternidad ni tampoco en política. Es la segunda vez que concurre como candidata al Senado. Ha sido concejal en tres mandatos, pero admite que en el último de ellos, ya con un hijo, lo tuvo que dejar porque no podía afrontarlo todo.

De ahí que defienda con conocimiento de causa la compatibilización de la vida laboral con la familiar. "Ser a la vez madre, trabajadora y política es imposible", dice, añadiendo que, aun en el caso de que fuera viable, no resultaría nada gratificante. "Si vas a tener un niño para tenerlo todo el día al cuidado de otra persona, casi te planteas si tenerlo", sentencia.

"Estamos todos muy pillados. Tenemos hipotecas, trabajo a jornada completa, o si no inestabilidad laboral o la posibilidad de que te trasladený Al final vamos aplazando lo de tener un hijo, y cuando lo tenemos apenas lo vemos", explica Ildefonso, que envidia lo que dicen que ocurre en algunos países nórdicos. "Tienen hasta dos años de baja maternal; eso sí que es un incentivo".

La medida no le parece ciencia-ficción en España. "No sería tan difícil de aplicar, como tampoco el asegurar más a las madres en las empresas. Ahora hay mujeres que ocultan que son madres o que lo van a ser por miedo a que no las contraten", finaliza. Por cierto, espera una hija y le pondrá Mariana. Un nombre muy granadino.

La tercera mujer en estado de buena esperanza es María Piedad Castillo, número seis en la lista al Congreso. De hecho, cuando este periódico intentó ponerse en contacto con ella ya estaba fuera de cuentas. Así que no sería raro que cuando estas líneas vieran la luz también lo hubiera hecho su descendencia.

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