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Los que se fueron en 2011

  • El cine, la música, la literatura y las artes plásticas perdieron en 2011 a algunas de sus figuras más emblemáticas, desde la legendaria Elizabeth Taylor hasta la prometedora Amy Winehouse.

El cine, la música, la literatura y las artes plásticas perdieron en 2011 a algunas de sus figuras más emblemáticas, desde la legendaria Elizabeth Taylor hasta la prometedora Amy Winehouse, "la voz blanca del soul", que conmocionó a la opinión pública con su inesperada muerte a los 27 años.

Hollywood despidió con no poca nostalgia a Taylor, una de las estrellas más emblemáticas de sus años dorados, la mujer de quien se aseguraba que tenía los ojos color violeta y que contaba con una doble hilera de pestañas que confería a su mirada un magnetismo singular. La admirada "Cleopatra", ganadora de dos Oscar por Butterfield 8 y ¿Quién le teme a Virginia Woolf? murió a finales de marzo a los 79 años tras una vida marcada por ocho matrimonios -dos de ellos con su gran amor, el actor Richard Burton-, sus problemas con el alcohol y los fármacos, su lucha contra el sida, su amistad incondicional con el controvertido Michael Jackson pero sobre todo, un gran talento actoral.

Apenas un mes antes, a los 58 años, había fallecido María Schneider, la actriz que a principios de los 70, con apenas 20 años, filmó escenas de alto contenido erótico junto a Marlon Brando para El último tango en París de Bernardo Bertolucci, pero que nunca pudo trascender el título de joven promesa.

Por otra parte, en la distante Atenas, murió a los 89 años uno de los hombres que más contribuyó a instalar a Grecia en el imaginario colectivo de generaciones de espectadores: Michael Cacoyannis, el director de Zorba el griego. Además de la película de 1964 con la recordada escena con la música de Theodorakis en la que Anthony Quinn enseñaba a bailar sirtaki a un joven en la playa, Cacoyannis rodó Ifigenia y Electra, basadas en las tragedias de Eurípides y nominadas al Oscar al igual que "Zorba".

Este año Hollywood también perdió a uno de sus compositores más renombrados, John Barry, creador de la banda sonora de varias películas de James Bond y de otras recordadas bandas sonoras como la de Memorias de África y Bailando con lobos.

También lejos de su país de nacimiento, en Madrid, murió a los 88 años el argentino Alberto de Mendoza, tras una larga vida a caballo entre Argentina y España que lo llevó a trabajar en series de TV como Curro Jiménez en España y El Rafa en Argentina y películas como Filomena Marturano y El jefe, entre otras.

El mundo de la música, en tanto, se vio sacudido por una de las pérdidas más trágicas de los últimos años, no sólo por su corta edad, sino por su grandísimo talento. A fines de julio murió a los 27 años por una intoxicación con alcohol la cantante y compositora británica Amy Winehouse, que con apenas dos discos, Frank y Back to Black, había logrado el beneplácito de la crítica y el público con su extraordinaria voz -capaz de darle forma a los sentimientos más desgarradores con un increíble arco interpretativo- y una combinación de ritmos que incluía el soul, el pop, el jazz, el R&B y el ska.

No menos trágica fue la muerte del cantautor argentino Facundo Cabral, a principios del mismo mes, en un confuso incidente en Guatemala. El autor de himnos como No soy de aquí ni soy de allá y Vuele bajo, que vivió sus 74 años como un auténtico trovador, murió acribillado en un ataque a balazos que en realidad iba dirigido contra el empresario nicaragüense Henry Fariñas y que conmocionó a toda América Latina.

En tanto, a mediados de diciembre falleció a los 70 años en su ciudad natal, Mindelo, en la isla Sao Vicente del archipiélago de Cabo Verde Cesária Évora, una de las voces más respetadas de África, "la diva de los pies descalzos" que se hizo famosa con su "blues caboverdiano".

Por otra parte, la literatura latinoamericana perdió a fines de abril al último representante de una generación de escritores que incluyó a Jorge Luis Borges o Manuel Mugica Láinez, el argentino Ernesto Sábato, quien murió poco antes de cumplir los 100 años y tras una carrera literaria basada en numerosos libros de ensayos y tres novelas: "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abbadón el Exterminador", obra que le valió el Premio Cervantes en 1984.

En tanto, Chile despidió al poeta Gonzalo Rojas, uno de los últimos surrealistas vivos, a los 93 años, ganador del Premio Cervantes 2003 y autor de libros como Del relámpago, Oscuro y Transtierro. Este año también moría en Chile, a los 83 años, el escritor José Miguel Varas, Premio Nacional de Literatura en 2006. Además, el mundo cultural chileno se vio sacudido por la noticia del suicidio de Pilar Donoso, la hija del escritor José Donoso, con apenas 44 años y después de haber publicado la elogiada biografía de su padre "Correr el tupido velo".

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