La influencer Aida Domenech, más conocida como Dulceida, ha provocado un aluvión de críticas en las redes sociales, e incluso la deserción de un amigo de Twitter. ¿El motivo? Su aparente falta de tacto durante su viaje a África. En una de las fotos publicada en un Stories de Instagram muestra a tres niños que lucen unas gafas de sol, en principio se creía que de la marca que tiene la catalana, aunque ella lo ha negado luego. "Una hora con ellos no ha sido suficiente. Feliz por haberlos hecho sonreír. Ahora tienen nuestras gafas de recuerdo, yo sus sonrisas y el tiempo con ellos", escribía Dulceida junto a la imagen.

Otra de las fotos que ha difundido muestra a su esposa, Alba Paul, disfrutando de un baño de espuma en un hotel de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que lleva semanas afectada por una sequía extrema que podría dejar a la población sin reservas de agua en unas semanas.

Los internautas respondieron con dureza. "Dulceida es la mejor representación del mundo influencer. Una pandilla de idiotas, superficiales e ignorantes, que viven una vida ficticia para hacer soñar a sus seguidores con un mundo irreal", era un comentario, aunque alguno incluso llegó a desearle la muerte y el tema se convirtió pronto en trending topic. La protagonista de la polémica incluso publicó ayer un comunicado: "Simplemente nos pidieron las gafas y se las regalamos, todo lo demás es falso (...) hay límites que no se deben superar", afirmó. Ayer Javier Ambrossi, director de cine y profesor de OT, cerraba su perfil de Twitter tras la oleada de críticas a su amiga.