Los romanos ya conocían las propiedades de sus aguas. Las Termas de Carratraca, en Málaga, son pura historia. Los árabes también utilizaron estas aguas, además de darle nombre a la localidad. "Karr-al-krak" significa "limpieza de lacra", pues era aquí donde limpiaban sus impurezas, ya que uno de los principales caminos de Bobastro hacia el mar pasaba cerca del manantial. Desde 1855, por orden de Fernando VII, existe el edificio del balneario y para poder disfrutar de él, el cliente tendrá que desembolsar 120 euros por una habitación individual o 300 por una suite, precio que no incluye los servicios del balneario. Por ejemplo, un masaje relajante con aceites esenciales de 55 minutos cuesta 60 euros y un tratamiento adelgazante de una hora, que incluye peeling corporal,estimulación de puntos, drenaje linfático y envoltura con fangos cromotermoactivos, 95 euros. También el balneario de Lanjarón, en Granada, tiene historia. Las propiedades saludables de sus aguas fueron reconocidas a partir de 1770 pero será en el siglo XIX cuando se extienda la fama del establecimiento y cuando sus manantiales se explotarán de forma terapéutica y continuada. Aquí, un plan de descanso y recuperación de cuatro días cuesta 466 euros, un programa de seis noches 670 euros, otro de nueve noches, 1.000 euros y la estrella, el 'Club Balneario' de catorce noches, 1.495 euros.

Chiclana no tiene nada que envidiar. Las aguas del manantial de Fuente Amarga se clasifican como hipertónicas, y tienen tres indicaciones terapeúticas: afecciones cutáneas, reumatológicas-traumatológicas y respiratorias.

En el Hotel Spa Hacienda la Boticaria, en Alcalá de Guadaira (Sevilla), los tratamientos y las noches de hotel se pagan aparte, por lo que a los 190 euros del plan de un día se unen los 120 (precio mínimo) de la noche en el hotel. Eso sí, como el los demás , la experiencia de relajación única está asegurada.