Amaya Arzuaga, Diseñadora

“Hay gente anónima con más estilo que muchos famosos”

  • Hace una semana que el Premio Cosmopolitan llegó a las manos de esta burgalesa para completar su colección de galardones, que incluye una ‘T’ de Telva y la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes

Fue la primera española en desfilar en la London Fashion Week, y tras ocho años presentando sus creaciones en las pasarelas de Londres y Milán, adquirió el sobrenombre de ‘hija pródiga de la moda española’. Eso sí, su regreso al panorama nacional en 2005, vino plagado de satisfacciones. Aquel año tuvo la satisfacción de recibir la Medalla de oro al mérito en las Bellas Artes y desde entonces, los premios no han dejado de acompañarla. La presentación de su última colección en Cibeles ha servido de marco a esta entrevista en la que la visionaria del diseño pone su particular enfoque al servicio de los lectores de este periódico.

-A pesar de que los especialistas acusan a los diseñadores españoles de ser ‘excesivamente tradicionales’, usted ha sido una pionera en eso de utilizar materiales tecnológicos en sus creaciones. ¿Cómo se le ocurrió la idea de aplicar la fibra óptica a un vestido de cóctel?

 

-A mi me encanta investigar materiales ajenos a la moda e incorporarlos a mis colecciones, así que en cuanto ‘se me enciende la bombillita’ me pongo a trabajar para ver como puedo transformar el concepto en una prenda realista. La idea de emplear fibra óptica se me ocurrió de la manera más sencilla del mundo: vi una lámpara de vanguardia y me dije: “Esto lo tengo que probar”.


-Su colección para la próxima primavera–verano 2009 tiene a los vestidos como prenda fetiche. ¿Por qué ha escogido grandes lazos para construirlos?

 

-Me parecía un elemento diferenciador y práctico, ya que introducir un elemento de dimensiones exageradas  puede ser una manera de innovar en los volúmenes, sin necesidad de generar un disfraz ridículo. En París se han vendido muy bien estos modelos, porque el lazo se levanta sólo cuando te sientas. Es comodísimo llevarlos.

 

-Ahora que nombra la Ciudad de Luz, ¿se vende mejor fuera de nuestro país? 

-Vayamos por partes. Si lo dices por el dato que circula en internet sobre el volumen de exportación de nuestra firma, no es cierto que el 80% de la producción se venda fuera de España, la realidad es que las ventas nacionales suponen casi el 50% de nuestros ingresos. Eso sí, a excepción de Madrid, es más fácil encontrar clientes que busquen algo arriesgado en ciudades de otros países como Tokio, por ejemplo. 

 

-Pues de Asia, precisamente, es de donde provienen la mayor parte de las copias que asolan a la industria. ¿La piratería tiene consecuencias para los grandes de la moda?

-Tampoco me considero una ‘grande’, pero entiendo lo que quieres decir y mi respuesta es sí. No todo lo que se fabrica en China está dirigido a compradores de un nivel adquisitivo bajo, también hay clientes de alto poder adquisitivo que se decantan por estos productos. Ya sabrás que, en la moda, nada surge de manera natural. Los creadores estudiamos las tendencias, las probamos en la prensa y después van a las tiendas. Si incluimos espías en el proceso, todo se acelera. Tenemos que trabajar rápido para evitar la copia y eso favorece el consumismo.

 

-En medio de toda esta vorágine, ¿queda algún genio inimitable?

 

-Pues si hay alguno, ese es Jean Paul Gaultier. Nunca olvidaré un desfile suyo ambientado en el circo. Era el primer pase que veía y me imaginaba que la pasarela sería recta, como las que salen por la ‘tele’. En cambio mostró su colección en una carpa de invierno, donde el espectáculo era casi tan importante como la ropa. No sé si Gaultier tendrá la capacidad de cambiar el mundo, pero por lo menos hace que la gente desee ser creativa.

 

-En su opinión, ¿Qué mujer podría encarnar ese ideal de Gaultier?

-Gwyneth Patrow tiene mucho estilo. Es moderna y conserva la suficiente clase como para vestir con total libertad.

 

-¿Y qué me dice de Penélope Cruz? 

-En primer lugar, que nadie se cree que ‘las’ Cruz diseñen, pero tienen tanta popularidad que es inevitable que una cadena las utilice como reclamo. Todo es cuestión de fama, como sucede con as listas de las más elegantes.

 

-¿Es que no aprueba estos rankings ni la labor empresarial de Mango?

-No es eso. La gente joven es la que más sigue las tendencias y si no fuera por esta multinacional, no podrían llevar una etiqueta con la firma de Lagerfeld. Lo que digo es que hay gente anónima con más estilo que los famosos.

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