Noruega está de fiesta para conmemorar el 80 aniversario de su rey que, aunque sopló las velas el pasado febrero, ha seguido la senda de Isabel II y ha pospuesto la fiesta para que le acompañe el buen tiempo y, de paso, celebrar también, esta vez anticipándose varios meses, el 80 aniversario de su esposa, la reina Sonia.

La ocasión era un motivo más que convincente para reunir a las testas coronadas de toda Europa, a excepción de los británicos, que no han enviado a ningún representante, y los españoles, que han dejado que sean los reyes eméritos los que acudan al evento por los lazos de amistad que unen a ambas casas reales.

La primera foto de familia en Oslo se tomó la noche del martes coincidiendo con la cena de gala que se ofreció en el palacio real. En ella posaron los representantes de Dinamarca, con la reina Margarita y los príncipes Federico y Mary; Suecia, con los reyes Carlos Gustavo y Silvia y sus hijos Victoria y Carlos Felipe, que acudieron con sus respectivas parejas; Holanda, con la princesa Beatriz, los reyes Guillermo y Máxima y la princesa Mabel; Grecia, con Ana María y sus hijos Pablo y Nicolás; Bélgica, con los reyes Felipe y Matilde; Mónaco, con el príncipe Alberto y con los duques de Luxemburgo, aunque no estaban aún los reyes españoles, que se incorporaron a la fiesta ayer coincidiendo con la cena de gala que ofreció en la Opera la primera ministra de Noruega, Erna Solberg. Para la ocasión, doña Sofía lució un elegante vestido negro repleto de pequeños puntos de pedrería, que combinó con una amplia pashmina beige.

Con anterioridad a esta cena, los reyes y príncipes europeos fueron agasajados con un almuerzo y un crucero a bordo del yate real.

En los actos del 80 cumpleaños de Harald ha llamado la atención el comportamiento del príncipe Haakon de Noruega en la cena de gala del martes, en la que el heredero aprovechó una de sus ausencias del salón para afeitarse la barba.