Histórico

El drama de Siria se proyecta en el SEFF

Yihane, Marwan, Hamude, Kais, Mohamed, Ahmed o Barkat son los siete protagonistas de Nacido en Siria,una película documental en la que Hernán Zin da voz a los más de 3.400 niños que han muerto en el intento de huir de un país en guerra. Una marcha forzosa que el director ha seguido durante aproximadamente un año por 12 países, concretamente por todos los pasos fronterizos por los que han pasado -y siguen pasando- los refugiados.

El documental, que se estrena hoy a las 17:00 en el Teatro Alameda, hace un seguimiento de siete menores y sus familias dispersadas -en el mejor de los casos- por toda Europa. En definitiva, la cinta muestra el trayecto que miles de refugiados emprendieron desde que subieron a una patera hasta que consiguieron el permiso de asilo.

"Este viaje es emocionalmente desgarrador porque es un éxodo terrible", explicó ayer Zin, quien subrayó que ha elegido la perspectiva de los niños, como ya hizo en su anterior trabajo, Nacido en Gaza, porque "la mirada sobre el conflicto es más apolítica, honesta y limpia. Ellos tienen la capacidad de humanizar el problema".

El que ha sido uno de los trabajos más duros del director, en palabras del propio Zin, ha supuesto un desafío a nivel logístico para todo el equipo: "Teníamos historias muy buenas pero, a veces, les perdíamos la pista y no podíamos seguir el trayecto de muchas familias". El director expresó, en relación al largo viaje que realizan miles de familias sirias para llegar a Europa, que el documental podría dividirse en dos partes.

"Una primera en la que pasan por distintos campos de refugiados o puntos fronterizos entre los países europeos hasta conseguir el derecho de asilo y, una vez lo consiguen, la segunda parte del documental trata la dificultad que tienen para encontrar un trabajo o conseguir alquilar una casa", explicó Zin.

"Es muy traumático empezar de cero porque el grado de desesperación es muy alto", subrayó el director, quién hizo hincapié en que los refugiados saben que no podrán volver a Siria. Que la imagen que tienen de sus casas es totalmente diferente a la realidad y que todo lo que conocían es sólo un recuerdo. En palabras de Hamude, un pequeño de ocho años refugiado en Alemania, "Siria es el lugar más hermoso del mundo".

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