Hay que ser bueno...

Entre los populares nadie se atreve a pedir nada tras el anuncio de la retirada de De la Torre

Es la mañana más mágica del año. Como mínimo, hasta dentro de un par de días toca creer que los propósitos de Año Nuevo se cumplirán, que los regalos de los Reyes les van a durar unos meses. La ilusión no distingue entre niños y mayores; no es casualidad que la cabalgata salga de La Casona porque allí se escriben cartas como en el resto de hogares y no son peticiones tan sencillas como los cachorros de la Patrulla Canina.

Baltasar ha recibido las misivas de los socialistas y se encuentra ante un conflicto de intereses ya que hay quien desea tener una candidatura con opciones de ganar y él, el rey Conejo, está cómodo en su trono de perdedor. Con un eterno vaivén de ediles y portavoces, tras la marcha de María Gámez el grupo ha quedado sin identidad ni liderazgo; con una portavoz de trámite a las órdenes de su majestad, su labor de oposición se ha visto desdibujada por los nuevas formaciones. Así que algunos le piden volver a parecer un partido serio y otros, lo que diga el que manda.

De las epístolas de Málaga Ahora, Izquierda Unida y los independientes se ha encargado Melchor. Su majestad ha recibido facturas de Espinosa para que les dé el visto bueno, el anhelo de Zorrilla para unificar el batiburrillo de movimientos de izquierdas en las próximas elecciones, una misiva en blanco de Torralbo como protesta contra las instituciones reales... Un jaleo de peticiones en el que, aunque vengan a decir lo mismo, no hay quien se ponga de acuerdo, como suele suceder a la izquierda.

Y Gaspar ha atendido al PP y a Ciudadanos que no le han dado mucho trabajo. Éstos demandan que les siga funcionando su tarea equilibrista de apoyar y oponerse al alcalde al mismo tiempo. Entre los populares nadie se atreve a pedir nada tras el anuncio de la retirada de De la Torre: "lo mejor para la ciudad, lo mejor para el partido,...". Frases anodinas del que espera cambios y no quiere mojarse en una formación que exterioriza menos sus disputas internas aunque haberlas, haylas. El Rey Mago se ha encontrado, sin embargo, dos cartas muy similares, una con sello azul y otra, naranja, pidiendo ser el primero en la lista y ahora se está pensando cómo reparte el cariño de De la Torre, según su larga misiva, entre ellos. El que no reciba lo que ha pedido que piense si ha sido tan bueno como debiera.

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