Cada se oye con más frecuencia la expresión: "En España ya no cabe un tonto más". Tal dicho no es otra cosa que una versión acotada al territorio patrio de "Stultorum infinitus est numerus" ("El número de los necios es infinito") una frase que ya aparecía en la Vulgata de S. Jerónimo y que después sería repetida hasta la saciedad por S. Tomás de Aquino en el análisis sobre la tontería y los tontos que este hizo en su Suma Teológica.

Aunque siempre resulta reconfortante el hecho de que la autoridad de Dios ampare nuestras observaciones, lo cierto es que son tantos los comportamientos estúpidos que nos rodean que hasta el ateo más recalcitrante no tiene por menos que estar de acuerdo con la sentencia bíblica. Recientemente un antropólogo (¿?) andaluz ha ejercido, podría decirse que de "tonto de guardia" al presentar al público la traducción de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry... al andaluz. Er Prinzipito es la genial contribución que hace Huan Porrah Blanko ( Juan Porras Blanco según su DNI) a la difusión y conocimiento del idioma andaluz. Removiéndose en su tumba estarán los huesos de Antonio de Nebrija, otro andaluz (este sí, ilustre) que persiguió los mismos objetivos que Porrah pero respecto al idioma castellano ya que, bajo el patrocinio de Isabel la Católica, fue el autor de la primera Gramática Española, el primer libro impreso que se centraba en el estudio de una lengua romance y sirvió de modelo para las demás gramáticas románicas. A pesar de ejercer de profesor universitario el citado Huan Porrah seguramente cegado por sus veleidades indigenistas ignora que el andaluz no es más que un dialecto del castellano sin ortografía, gramática ni literatura propias (los mínimos requisitos para ser considerado una lengua). Pretender que las variaciones fonéticas pueden justificar el estatuto de una idioma distinto supone un disparate de tal calibre que equivale sencillamente a un intento de dinamitar la lengua española sustituyéndola por el abominable engendro contenido en las páginas de Er Prinzipito.

S. Tomás ya nos advertía en su taxonomía de que entre todos los tontos los más peligrosos son los "tontos con iniciativa", esto es, aquellos que al mismo tiempo que "fatuos" ( no saben que son tontos y además quieren hacerse los listos) son "insensatos" (quieren imponer sus tonterías a los demás). Sin embargo y tal como está el panorama de la estulticia no es descartable que pronto salga otro antropólogo iniciático reivindicando la categoría de lengua para el llanito. ¿ O es que acaso no son exclusivas del Campo de Gibraltar expresiones como: "Give me una borsa de plasti, please", "Come here ahora mismo" o "Te llamo p´atras anyway"?

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