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Las dos vías de la Orquesta Nacional

  • Confirmada la titularidad de David Afkham a partir de la temporada 2014-15, la Orquesta Nacional de España afronta su última temporada de transición tras la marcha de Pons.

El universo sinfónico se tambalea en todo el mundo. Tanto en Europa como en Estados Unidos las noticias sobre quiebras, desapariciones o fusiones de orquestas, algunas de tradición centenaria, se han hecho tan habituales que ya casi pasan desapercibidas para los melómanos. Más allá de los recortes generalizados, que han afectado de forma notable, por ejemplo, a los conjuntos andaluces, en España, algunas formaciones regionales como las orquestas de Extremadura, Murcia y las Islas Baleares han estado al borde de la disolución y aún se debaten en el triste y amenazante filo que separa la existencia precaria de la definitiva extinción. Incluso conjuntos tan prestigiosos como el Coro y la Orquesta de la RTVE viven una situación extraordinariamente delicada.

Mientras, la Orquesta Nacional de España (ONE) mira al futuro con cierto optimismo, después de que a finales de mayo se confirmara la elección del joven David Afkham (Friburgo, 1983) como su nuevo titular a partir de la temporada 2014-15. El maestro alemán, saludado por muchos como uno de los grandes talentos en ciernes de la dirección orquestal en el mundo, lleva al menos un par de años sonando como el sustituto de Josep Pons, quien, tras su exitoso paso por la Orquesta Ciudad de Granada, tomó las riendas de la ONE en la temporada 2003-04 y en 2011 se convirtió en su Director Honorario, al dejar Madrid para asumir la dirección del Teatro del Liceo de Barcelona. La etapa de Pons al frente del conjunto ha sido fundamental en la transformación de la imagen de una orquesta histórica, esencial en el desarrollo del sinfonismo español en la segunda mitad del siglo XX, que había caído en un estado de indefinición, apatía y problemas laborales y artísticos permanentes. Pons redefinió los objetivos de la institución, impulsó nuevos proyectos y relanzó la otrora importante carrera discográfica de la orquesta, que afronta esta última temporada de transición con su prestigio en proceso de claro restablecimiento.

La ONE acaba de ofrecer esta misma semana en el Festival de Santander dos sesiones con la integral de las cuatro Sinfonías de Brahms dirigidas por Jesús López Cobos y ha presentado una programación con notables atractivos, incluyendo un novedoso Proyecto barroco, conciertos de cámara que serán ofrecidos tanto por solistas de la orquesta como del coro anexo (que desde 2010 dirige Joan Cabero), actividades didácticas, un ciclo sinfónico de abono que llega hasta los 24 programas (aparte los extraordinarios) e incluso una gira por Omán, en la que el pianista Javier Perianes y el tenor peruano Juan Diego Flórez actuarán como solistas. La presencia de maestros invitados habituales de la música antigua, una idea que Pons aplicó con éxito en Granada, se consolida este año, en el que Giovanni Antonini tiene asignados tres programas, pero también dirigirá al conjunto Jean-Christophe Spinosi, líder del vivaldianísimo Ensemble Matheus.

La OCNE mantiene el suficiente nervio (léase, presupuesto) para programar grandes obras sinfónico-corales, entre ellas el War Requiem de Britten (que dirigirá Semyon Bychkov como apertura del ciclo de abono), el Réquiem de Verdi, con la batuta de Fabio Luisi, el Te Deum de Bruckner o la Atlántida de Falla, uno de los tres programas que asumirá Pons, quien también dirigirá la Turangalila de Messiaen y a Janine Jansen en el Concierto para violín de Brahms. David Afkham tiene asignado un solo programa, en el que interpretará las Cinco piezas para orquesta Op.16 de Schoenberg, los Wesendonck lieder de Wagner (que cantará Nathalie Stutzmann) y la Titán de Mahler. La nómina de directores y solistas incluye otros nombres de reconocido prestigio como los de Juanjo Mena, Christoph Eschenbach, Kent Nagano, Mojca Erdmann, Rudolf Buchbinder, Joaquín Achúcarro, Fazil Say, Mikhail Pletnev, Sol Gabetta o Anoushka Shankar, que tocará el Concierto para sitar de su padre. Hay solo un par de estrenos (uno de ellos protagonizado por Tomás Marco, que presentará Codex Calixtinus), y la música más actual no tiene excesiva presencia (se supone que la Orquesta de RTVE debe asumir este compromiso, como en efecto hace con una programación también de notable interés para el curso próximo). Se mantiene en cualquier caso el programa de Carta blanca, que este año asumirá el norteamericano John Adams, cuya obra se escuchará también en otras citas de la temporada, y no faltarán acercamientos a la música de corte popular, como un recital de canciones sefardíes y habaneras que hará el Coro o un concierto de bandas sonoras.

Este interés por los repertorios heterodoxos, alejados del mundo clásico, también puede considerarse herencia de Pons, lo que se muestra a las claras en las dos últimas grabaciones de la orquesta bajo la batuta del director catalán que acaba de publicar el sello Deutsche Grammophon. En una de ellas, el conjunto se hace eco del centenario del estreno de La consagración de la primavera de Stravinski, que se ofrece junto a otro de los ballets de la etapa parisina del músico, Petrushka, dos obras que pueden considerarse ya de pleno repertorio, pero a la vez de una modernidad aún incitante. El otro disco esconde en cambio bajo el título de Noche de boleros una selección de temas tan famosos como Noche de ronda, Contigo aprendí, El compromiso, No sé por qué te quiero, Puro teatro, Piel canela… que interpretan algunos solistas bien conocidos del mundo del espectáculo en España: Miguel Poveda, Pasión Vega, Pitingo, María de Medeiros, Gerónimo Rauch, Carmen París y Tamara.

Así, con un ojo en la más deslumbrante tradición culta y otro en las manifestaciones populares más asentadas por el tiempo, parece querer afrontar la Orquesta Nacional de España un futuro que no se prevé fácil.

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