El lanzador de cuchillos

Días de radio

Mi madre desayunando con Luis del Olmo. Pararse a un lado de la carretera para no perder la señal del Carrusel...

El primero de la mañana. Martín Ferrand y el muelle de Hora 25. La abuela Concha, escuchando a Encarna, de madrugada, mientras cosía en la mesacamilla del comedor. La expresión jonda de Velázquez Gaztelu, solemne como una siguiriya. El estado siempre inestable de la nación. Los chismes de Mariñas y el tacón de Norma Duval. Supergarcía dándole la noche al presidente chupóptero de la Federación de Vela, maestro del buen comer y catedrático del mejor beber. El festival de la canción demente de Jesús Marchamalo y aquel locutor con frenillo. El loco, desde el Guadalquivir de las estrellas. Gomaespuma, que me invitaron al programa la semana que se despedían y, mientras esperaba mi turno, garabateé una letrilla que Juan Luis cantó por alegrías: "Hay en el aire silencio, en el horizonte, brumas, y en las trenzas de tu pelo, girones de gomaespuma". Los puritos de Pepe Domingo. La radio en batín de Carlos Herrera. Joaquín Luqui y El Gran Musical. Carlos Finaly, que nos contó por qué Sting quiso llamarse Sting.

El duermevela tras el almuerzo, con el viejo peluca y otros clásicos populares. La cátedra de Jorge Valdano. El verbo barroco de Tito B.Diagonal. El abuelo Porretas y el señor Casamajó. Los dardos de Ignacio Camacho. Mi madre, desayunando en la cocina con Luis del Olmo. Pararse a un lado de la carretera para no perder la señal de Carrusel Deportivo. Juan Carlos Ortega, el Orson Welles de Calella. El polvo de estrellas de Carlos Pumares. Radio Exterior, que me informó en Gotemburgo de que habían liberado a Quini.

La noche que cené en Granada con Abellán y el ciego que imita a García. José Luis Pérez de Arteaga, el hombre que susurraba a Gustav Mahler. Los mates imposibles de Andrés Montes. Hincha, tú eres el mejor escuchando el transistor. La lengua viperina de Carlos Ferrando. Garci y sus asignaturas pendientes en las tardes adolescentes de gripe y bisolvón. La voz intemporal de Modesta Cruz. La atlética adrenalina de la sintonía de Radio Gaceta. Chico Pérez y Javier Ares, dando la vuelta a España. La crónica negra de Manuel Marlasca. Gaspar Rosety, que cantaba los goles con el corazón. La vida moderna de mi hermana Espe.

Tris, tras, tres. Sonideros, tirado con Mar en el sofá. Mi padre en verano al volante, de costa a costa. Buenos días, España: la mañana se viste de fiesta porque el día de la radio no es un día cualquiera.

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