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El análisis

Honda y Lorenzo, dos interrogantes

Marc Márquez.

Marc Márquez. / Efe

SIEMPRE hay enigmas por resolver. En el Mundial de MotoGP existen dos grandes incógnitas con nombres propios: Honda y Lorenzo. Por motivos diversos, todo el mundo se pregunta cuándo van a despejarse las dudas que ambas partes despiertan.

En el caso de la marca japonesa, sus interrogantes vienen de lejos, pues no es nuevo que aún no han conseguido una moto tan equilibrada como la líder Yamaha, eternos rivales a los que a duras penas Márquez logró derrotar el pasado año, más por su pilotaje que por mecánica. En cuanto a Lorenzo, el tricampeón mundial se encuentra inmerso en una dura etapa de adaptación que le está costando sangre, sudor y lágrimas debido al sonado cambio que realizó al dejar aquella estable y dócil Yamaha por la montura italiana Ducati que aún ‘no va por raíles’ y lo pone constantemente en aprietos.

Sabemos que la temporada es muy larga, con quince grandes premios aún por disputarse, pero muchas de esas dudas deberían ir resolviéndose a partir de este fin de semana en Jerez. Evidentemente, no estamos ni de lejos ante la pesadilla que vive Fernando Alonso con su McLaren-Honda en Fórmula 1, todo un ‘vía crucis’ que parece no tener fin. Pero sí es cierto que en MotoGP los pilotos de esta marca sufren también lo indecible. “La moto es aún peor que la que teníamos a final de 2016, pero esperemos que pronto sea mejor”, ha llegado a declarar Pedrosa.

Sirvan como ejemplo las cabriolas que vemos realizar al propio Dani Pedrosa y a su compañero Marc Márquez para no descabalgar de sus monturas, que en las críticas frenadas tienden a levantar permanentemente la rueda trasera y aveces la delantera casi al mismo tiempo, todo ello a velocidades de vértigo. En las curvas también les vemos padecer lo indecible para que la moto ‘entre por su sitio’ y les permita salir abriendo gas sin sorpresas desagradables. No vamos a negar que observar a un piloto ante esas dificultades ofrece altas dosis de emoción, pero es evidente que las Honda dan muchos ‘sustos’ a sus pilotos, como si las monturas fuesen potros salvajes que pretenden descabalgarlos a toda costa.

Se sabe que Márquez y Pedrosa pidieron para este año un motor menos agresivo que el puntiagudo screamer, usado en las cinco últimas temporadas y que se caracteriza por una mayor potencia a medida que aumenta el régimen de giro. Una vez aceptada esa petición, Honda optó por el big bang en 2017, que utilizan también el resto de marcas y que se caracteriza por la explosión al unísono de dos de sus cuatro cilindros (en el screamer son individuales), ofreciendo un mejor comportamiento a la hora de abrir gas, gracias al incremento del par motor.

Una de las voces más solventes de MotoGP es la periodista Nadia Tronchoni, que sobre estos temas ya ha publicado en El País diversas y atinadas conclusiones: “Honda ha cambiado este invierno radicalmente la dirección de su proyecto. Ha apostado por un motor big bang, que debería hacer la moto más manejable. Y en ello están. Pero en el camino, hasta que den con la tecla, los pilotos deben andarse con cuidado: por las deficiencias de su moto en aceleración y velocidad punta y porque no es todo lo fácil de llevar que dice la teoría. De entrada, se ven forzados a usar el neumático duro si quieren ser competitivos. Es la goma que les permite ser agresivos en frenada y recuperar a la entrada de las curvas lo que pierden a la salida, al abrir el gas. Pero eso conlleva riesgos”.

Tan revelador argumento es reafirmado por esta redactora con otra gran sentencia: “Márquez llegó al MotoGP con un dicho muy torero: como de la plaza, él era de los que salía del circuito por la puerta grande o por la de la enfermería. Sigue siendo el mismo chico al que le gusta ganar. Y arriesgar. Buscar los límites de su moto. Pero a su inmenso talento debe acompañarle una buena máquina, y la de este año todavía está en proceso”. En esta misma línea de opinión se expresa también el periodista Chechu Lázaro, enviado especial de la revista Motociclismo: “Por tercer año consecutivo, las Honda RC213V siguen penalizando en las aceleraciones y mientras ese problema persistan el tiempo lo tienen que recuperar en las frenadas, que es el punto fuerte de esta moto. Pero este es un arma de doble filo, ya que estrenan más el neumático delantero que ninguna otra moto y por eso están casi obligados a utilizar el compuesto más duro. La nueva Honda no ha nacido redonda, está claro, y el margen de mejora que tienen con los motores ya sellados está en la parte electrónica. De hecho, el punto de partida es el mismo que en 2016, el año que Márquez camufló los problemas reales a base de talento y regularidad”.

Este experimentado periodista, pedagógico e instructivo como pocos, asiste a todos los grandes premios del Campeonato y ofrece un análisis certero: “Creo que Honda superará sus carencias con respecto a Yamaha. De hecho, este año ya han empezado mucho más cerca de ellas. En 2016 estaban aún más lejos y supieron darle la vuelta. Es evidente que este año han dado un giro completo al concepto del motor, por lo que en estos momentos están más arriba que con su antecesora. En general, los pilotos de Honda tienden a sufrir tanto por el concepto del motor. Es una moto más física e inestable, que cuesta pilotar, obliga a domarla, tanto en las salidas, que se levanta mucho y tienes que agarrarte fuerte, como en las frenadas, que es muy cansada a nivel físico, pues debes sujetar la moto muy fuerte, que es lo que más cuesta. Por contra, la Yamaha es más fácil de conducir, con un chasis que va muy bien, de conducción limpia. Por eso Viñales ha llegado y está rápidamente arriba y a los dos pilotos debutantes de Yamaha tampoco les ha costado nada adaptarse y están delante también”.

En cuanto a la incógnita Lorenzo, Chechu Lázaro sostiene que “le va a costar, porque su Ducati es una moto que está un poco por debajo de la del año pasado. Les han quitado los alerones que le daban un plus con respecto a otras motos, tanto en las frenadas como en las aceleraciones. La Ducati es muy particular y Lorenzo ha estado muchos años con una Yamaha que era muy sencilla de pilotar. Ahora se ha encontrado con otra mucho más brusca e indomable. Conseguirá algún podio y puede pelear por alguna victoria, por ejemplo en Austria que es un circuito muy de Ducati. Además, sus planes eran de adaptación en 2016 y el segundo era luchar por el título”. Hay que darle un voto de confianza.

Para finalizar este análisis técnico a MotoGP, nada mejor que interrogantes: ¿Se imaginan a Lorenzo ganando este domingo en Jerez? Y uno más: ¿Podrán Márquez y Honda ganarle la partida a las Yamaha de Rossi y Viñales, a priori favoritos? Lo bueno de los enigmas, es que a veces deparan sorpresas. No se lo pierdan.

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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