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Bagdad sufre la peor ola de atentados tras la retirada de los soldados de EEUU

  • Una cadena de ataques suicidas golpea la fortificada Zona Verde de la capital iraquí ocasionando al menos 95 muertos y cerca de 600 heridos · Las autoridades responsabilizan a Al Qaeda y los baasistas

Al menos 95 personas murieron ayer y otras 597 resultaron heridas en una sucesión de explosiones y ataques con mortero en Bagdad, en la mayor cadena de atentados ocurrida en el país en 2009.

La ola de atentados cobra especial relevancia ya que se produce después de la retirada de Estados Unidos de las ciudades iraquíes el pasado 30 de junio y después de que el Gobierno de Iraq decidiera, el 8 de agosto, comenzar la retirada de las barreras de hormigón de la capital.

Estos bloques dividían Bagdad en varias zonas y servían para controlar los movimientos de los coches y entorpecer la colocación de coches-bomba y el Gobierno decidió retirarlos ante la mejora de las condiciones de seguridad.

Durante el año ha habido varios ataques, algunos de una sola explosión y otros de explosiones simultáneas, pero la jornada de ayer la sido la más sangrienta.

El portavoz del Plan de Seguridad para Bagdad, general Qasem Ataa, responsabilizó de los ataques a Al Qaeda y a los seguidores del partido Baaz, en el poder en Iraq durante la dictadura de Sadam Hussein.

"La alianza entre la organización Al Qaeda y grupúsculos del Baaz está detrás de esos ataques", subrayó el portavoz.

El peor de los atentados se produjo por la explosión de un camión-bomba colocado delante del Ministerio de Asuntos Exteriores y que costó la vida a al menos 47 personas e hirió a más de 200.

El Ministerio está cerca de la fortificada Zona Verde de Bagdad, que cuenta con extremas medidas de seguridad, ya que alberga edificios gubernamentales y varias embajadas, entre ellas la de Estados Unidos.

Otro atentado similar ocurrió delante del Ministerio de Finanzas en la zona de Bab al Muazam, en el centro de Bagdad, donde murieron 28 personas y otras 180 resultaron heridas.

Un teniente coronel de la Policía, que declinó identificarse, aseguró que esta oleada de atentados supone un mensaje de los grupos armados que indica que aún están presentes y que pueden cumplir sus planes de violencia cuando lo deseen.

A su juicio, el atentado que tuvo lugar cerca del Ministerio de Exteriores indica que ha habido un descuido en las tareas de vigilancia o que los atacantes contaban con la complicidad de alguien, ya que en ese lugar hay numerosos controles policiales.

Otros ataques se produjeron de manera casi simultánea en barrios del este y oeste de la capital iraquí, y dejaron decenas de víctimas entre muertos y heridos.

Un testigo, identificado como Alaa Abdul Karim, declaró que la oleada de explosiones que sacudió la capital levantaron numerosas columnas de humo negro y polvo.

"Hoy ha sido un día negro para Bagdad. ¿Dónde están los cuerpos de seguridad?", se preguntó Abdul Karim, que añadió que tras los atentados las calles se vaciaron de personas y vehículos.

El jefe del departamento de lucha antiterrorista, general Yihad Al Yabery, reveló que los artificieros lograron desactivar la carga de una tonelada de explosivos que portaba un camión de gran tonelaje en el barrio Al Salehia, cerca del hospital Ibn al Bitar, también cercano al Ministerio de Exteriores.

Asimismo, las autoridades de seguridad de Bagdad advirtieron en un comunicado haber recibido informaciones de los servicios secretos que indican la presencia de más coches-bombas en la ciudad.

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