El ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi se declaró ayer muy contento de cumplir el servicio social en un geriátrico, en referencia a la pena que se le impuso por cometer fraude fiscal y que le permitió evitar el arresto domiciliario.

El tribunal me ha obligado "a dedicar parte de mi tiempo a personas en dificultad y eso incluso me ha hecho feliz, porque en mi vida siempre he realizado una labor de apoyo", dijo Berlusconi en su primera comparecencia pública tras conocerse la conmutación de la pena. "Lo haré muy a gusto e intentaré ser útil", dijo el ex Cavaliere, que perdió este título tras la condena.

La Justicia le impuso a Berlusconi un año de servicio social para conmutarle la pena de prisión por fraude fiscal. Los jueces le evitaron así el arresto domiciliario y le dieron permiso para moverse entre Milán y Roma durante dos días a la semana para cumplir con sus compromisos políticos.

El político, de 77, años fue advertido de que podría serle retirado este trato y ser puesto bajo arresto domiciliario si seguía atacando a la magistratura.