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La Corte Suprema brasileña se niega a paralizar el proceso contra Rousseff

  • Los sondeos prevén que los dos tercios necesarios del Congreso remitirán al Senado la petición de destitución de la presidenta

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, comenzó a jugarse ayer su mandato en una Cámara de Diputados cada vez más hostil y en la que parece haberse formado una mayoría proclive a apoyar un juicio con miras a su probable destitución.

El Gobierno quemó uno de sus últimos cartuchos en su intento de impedir el juicio y lo hizo ante la Corte Suprema, con una demanda de última hora presentada el jueves por el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, que pedía anular parte del proceso y que fue rechazada por ocho de los magistrados frente a dos que pidieron aceptarla.

Cardozo demandó la nulidad de un informe aprobado en una comisión de la Cámara Baja, que aceptó la denuncia que acusa a Rousseff de incurrir en maniobras ilegales para maquillar los resultados del Gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública.

Si la demanda era respaldada por los magistrados, el proceso debería haber vuelto a ese punto y la comisión de diputados tendría que rehacer el informe, que según Cardozo contiene asuntos ajenos a la denuncia lo que obstaculizaría la defensa de Rousseff.

Sin embargo, el Supremo consideró que la denuncia de la Abogacía General del Estado no procede y que el trámite debe seguir su curso.

El próximo paso comenzó ayer, cuando la Cámara Baja inició la primera de tres sesiones, que concluirán mañana, en las que decidirá si se remite al Senado el informe que propone la apertura de un juicio político contra Rousseff.

Para que el trámite llegue a la instancia definitiva del Senado, que tendrá la última palabra sobre el juicio, la oposición necesita reunir una mayoría calificada de 342 votos entre los 513 posibles.

El Gobierno admitió ayer que tiene en contra una mayoría cercana a los 300 diputados, pero subrayó que eso sería insuficiente para que el proceso prospere, con lo cual la causa sería archivada. "Nuestros cálculos dicen que contamos con unos 200 votos", dijo el jefe del grupo del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara Baja, Alfonso Florence, después de una reunión que Rousseff tuvo con diputados de la base oficialista.

Sin embargo, sondeos hechos por los diarios O Globo y O Estado de Sao Paulo en el Congreso revelaron que la mayoría favorable al impeachment, como se conoce en Brasil al proceso de destitución de un mandatario, ya ha llegado a los 342 diputados necesarios.

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