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El Daesh golpea a Bagdad desde suelo afgano

  • Un ataque a la Embajada de Iraq en Kabul se salda con dos muertos tras varias horas de asedio

Las fuerzas de seguridad afganas aseguran la Embajada de Iraq tras el ataque del Estado Islámico en Kabul.

Las fuerzas de seguridad afganas aseguran la Embajada de Iraq tras el ataque del Estado Islámico en Kabul. / HEDAYATULLAH AMID / efe

Un comando del Daesh asaltó ayer la Embajada de Iraq en Kabul, causando dos muertos y tres heridos, lo que supone un ataque indirecto a Bagdad sin precedentes en Afganistán. En momentos de debilidad para la rama afgana del califato, que en los últimos meses ha perdido a tres emires, dos de sus yihadistas dispararon contra el guardia de seguridad y lanzaron una granada para abrirse paso hacia el inmueble.

La Embajada, situada en el área de Shar-e-Naw, en el centro de la capital afgana, se convirtió en un campo de batalla para las fuerzas de seguridad afganas y los atacantes durante varias horas, mientras el personal de la legación era evacuado a una ubicación "secreta y segura". Por ello, el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Najib Danish, confirmó ya desde el inicio del asalto que éste no suponía "una amenaza seria a su seguridad". El embajador iraquí y su número dos también se encontraban en el interior del edificio en el momento del ataque, según indicó posteriormente en un comunicado el departamento de Interior afgano.

"El ataque terrorista a la Embajada iraquí en Kabul finalizó con la muerte de los atacantes", anunció el Ministerio pasadas casi cuatro horas de su inicio. Además del comando atacante, el asalto causó la muerte de dos trabajadores afganos de la legación diplomática, uno de ellos una mujer, y heridas leves a tres miembros de las fuerzas de seguridad, explicó un portavoz de la Policía Local.

El Daesh reivindicó el atentado, confirmando una teoría ya puesta sobre la mesa por el Gobierno de Kabul. El grupo yihadista lanzó el ataque con un doble objetivo contra los gobiernos de Iraq y Afganistán, una acción sin precedentes desde que se constatara su presencia en el país en 2015. Con la acción, reafirma también su capacidad operativa apenas tres semanas después de perder a su líder, Abu Sayed, y a su emir, el jeque Ziaulah.

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