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Decenas de muertos en un doble atentado en el centro de Argel

  • Los servicios de seguridad argelinos atribuyen a Al Qaeda la autoría · Dos coches-bomba dirigidos contra oficinas de la Corte Suprema y una sede de Acnur dejan un saldo de al menos 26 muertos

Argel se vio sumida ayer en un profundo estado de conmoción tras un doble atentado con coche-bomba atribuido a la organización Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), que según fuentes médicas causó 62 muertos, aunque el Ministerio del Interior reconoció ayer sólo 26 muertos y 177 heridos, entre ellos diez empleados de la ONU.

El primer atentado tuvo como objetivo la Corte Suprema y el Consejo Constitucional, situados uno al lado del otro en el barrio de El Biar, y el segundo se produjo ante la sede del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Hydra.

Según un balance provisional dado a conocer al cierre de esta edición por el ministro del Interior, Yazid Zerhouni, y confirmado por el jefe del Gobierno, Abdelaziz Belkhadem, los dos atentados causaron al menos 26 muertos y 177 heridos.

Un comunicado del Ministerio del Interior afirmó que diez personas murieron en El Biar, mientras que las otras 12 perdieron la vida en la sede de la Acnur, entre ellos "tres asiáticos", anunció Zerhuniella. Varios eran transeúntes, vecinos de la zona y empleados de la ONU de nacionalidad extranjera.

Estos datos sembraron la confusión en torno al número de víctimas mortales, ya que fuentes médicas y periodísticas hablaban de más de 60 muertos y Acnur afirmó que al menos diez de sus trabajadores fallecieron en la sede de la organización en Argel.

La portavoz de la ONU, Marie Okabe, dijo que la explosión derrumbó la mitad del edifico de tres pisos que aloja en la capital argelina a diversas agencias y programas del organismo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ordenó a los responsables de la oficina del Secretariado que se desplacen a Argel y asistan a las víctimas.

Las imágenes de destrucción difundidas por la televisión estatal causaron estupor entre la población y poco después de las explosiones las principales arterias de la ciudad aparecían prácticamente desiertas.

Muchos comerciantes decidieron echar el cierre y todas las actividades se redujeron, incluido un consejo del Gobierno que fue anulado.

En los barrios golpeados por los atentados, Hydra y El Biar, las familias decidieron no enviar a sus hijos al colegio por la tarde.

Mientras, trabajadores municipales y miembros de protección civil limpiaban los escombros y buscaban posibles supervivientes. "Es un acto puramente criminal que no tiene nada que ver con reivindicaciones o actitudes políticas. Hemos vivido más de una década rodeados de sangre, fuego y lágrimas y parece que esto no ha terminado. Las autoridades deben actuar para proteger las vidas de los argelinos", comentaba Ahmed, un anciano habitante del centro de Argel.

Otras personas, como un grupo de jóvenes estudiantes de la facultad central de Argel, se preguntaban si a partir de ahora los ciudadanos debían encerrarse en sus casas el día 11 de cada mes, una fecha que se ha convertido en sinónimo de atentados y muerte. "Hemos tenido el 11 de septiembre en Nueva York, el 11 de marzo en Madrid, y en Argel el 11 de abril y ahora el 11 de diciembre", declaró un estudiante.

No deja de sorprender a la población la audacia de los terroristas, que eligen para sus atentados lugares estrechamente vigilados de la ciudad. Los barrios de El Biar e Hydra, entre los más elegantes de la capital, albergan numerosas embajadas, oficinas de grandes sociedades occidentales, ministerios y residencias de altos cargos del régimen, por lo que la presencia de las Fuerzas de Seguridad es permanente.

El ministro del Interior, Yazid Zerhouni, recordó ayer que en los últimos meses las autoridades habían reforzado la seguridad y advirtió sin embargo que "no estamos a salvo de atentados de este tipo", y pidió a los argelinos que "redoblen la vigilancia".

Aunque ningún grupo se atribuyó la autoría de los atentados de ayer, los Servicios de Seguridad se muestran convencidos de que llevan el sello de Al Qaeda.

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