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Merkel y Schulz apuran la negociación para avanzar hacia la gran coalición

  • Conservadores y socialdemócratas esperan llegar hoy a un acuerdo previo

  • Las filtraciones a la prensa empañan el tenso diálogo

El bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, espera llegar, hoy como muy tarde, a un acuerdo previo con el Partido Socialdemócrata (SPD) para poder empezar negociaciones formales para reeditar la gran coalición de Gobierno.

La atmósfera en las negociaciones, que se celebran a puerta cerrada desde el domingo, es tensa y varios medios señalaron que el presidente del SPD, Martin Schulz, se ha quejado ante Merkel por algunas informaciones que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), ha filtrado a la prensa sobre acuerdos parciales en algunos campos.

Antes de comenzar esta ronda de conversaciones, la CDU, su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), y el SPD se comprometieron a mantener la discreción mientras no hubiera un acuerdo total, por temor a que las filtraciones enturbiasen las negociaciones.

Por parte del SPD, Schulz tiene que hacer frente a las juventudes del partido, que se oponen a reeditar la gran coalición y sólo quieren admitir una cooperación puntual en temas concretos con un Gobierno en minoría.

Una fecha clave será el 21 de enero, cuando el resultado de los sondeos de esta semana se someterán a un congreso extraordinario que, en caso de que la cúpula recomiende iniciar negociaciones formales de coalición, deberá dar su visto bueno. Por ello, los negociadores socialdemócratas necesitan que la CDU/CSU haga concesiones programáticas que les permitan tener argumentos de peso ante el congreso.

Hace cuatro años, las filas conservadoras aceptaron crear un salario mínimo interprofesional, que era una vieja exigencia socialdemócrata, y ese logro fue decisivo para que el entonces jefe del partido, Sigmar Gabriel, lograra el apoyo de las bases para entrar en la gran coalición.

En esta ocasión, sin embargo, parece difícil encontrar una "concesión" clave de Merkel que permita ablandar la resistencia del ala izquierda del SPD.

Queda "mucho trabajo por hacer", admitió Schulz ayer antes del comienzo de la reunión, y el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, repitió la frase de forma casi literal.

Pese al compromiso de confidencialidad, han circulado versiones tanto sobre acuerdos parciales como sobre divergencias en cuestiones claves.

Según la plataforma Redaktionsnertzwerk Deutschland, ambas partes coinciden en la necesidad de impulsar la incorporación al mercado laboral alemán de extranjeros cualificados.

Persiste en cambio el disenso sobre el derecho a la reagrupación familiar de los refugiados, que quedó restringido a mediados de 2016 para frenar la llegada incesante de peticionarios de asilo.

Los socialdemócratas se oponen a mantener esas restricciones, que deberían levantarse a mediados de marzo, mientras que el bloque conservador, y especialmente la CSU, insisten en mantenerlas. Una fórmula de compromiso que se baraja, según diversos medios, es limitar la reagrupación familiar a 40.000 personas al año.

Se ha logrado, siempre según las filtraciones, un consenso sobre el margen de maniobra del futuro Ejecutivo para rebajas fiscales, ayudas a las familias y a la construcción de vivienda, cuantificado en 45.000 millones de euros.

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