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Merkel admite "serias" divergencias con Schulz para formar Gobierno

  • Conservadores y socialdemócratas se dan de plazo hasta mañana para reeditar la gran coalición

  • Las bases del SPD están fracturadas ante la idea de volver a ser socios menores de la derecha

Merkel reacciona durante una ceremonia de presentación de dos monedas conmemorativas por los 100 años del nacimiento de Helmut Schmidt, ayer en Berlín.

Merkel reacciona durante una ceremonia de presentación de dos monedas conmemorativas por los 100 años del nacimiento de Helmut Schmidt, ayer en Berlín. / clemens bilan / efe

En la recta final de las negociaciones para formar Gobierno en Alemania, la canciller Angela Merkel reconoció ayer la existencia de importantes escollos para sellar un acuerdo de coalición entre el bloque conservador que ella dirige y el Partido Socialdemócrata (SPD).

"Todavía queda una gran cantidad de serios puntos de disenso", declaró ayer la mandataria en Berlín antes de reunirse con sus socios bávaros de la Unión Cristianosocial (CSU) y representantes del SPD, con quienes intenta reeditar a marchas forzadas la gran coalición que gobernó Alemania durante los últimos cuatro años.

Aunque finalmente haya pacto, la última palabra la tendrán los 44.000 militantes del SPD

"Existe buena voluntad para superar este disenso pero todavía tenemos un inmenso trabajo por delante. Espero que salga adelante, pero como dije anteriormente: los problemas todavía no se han solucionado", agregó.

Después de lograr acuerdos en política migratoria, donde las posiciones entre las partes eran más distantes, la puesta en marcha de un seguro médico único que termine con la diferencia actual entre seguros públicos y privados y el fin de los contratos temporales consecutivos, ambas exigencias del SPD, constituyen los principales puntos de discordia.

"No nos sentimos presionados en cuanto al tiempo. El principio que debe regir es el de la diligencia frente a la rapidez", señaló el líder de los socialdemócratas, Martin Schulz.

El bloque conservador liderado por Merkel y el Partido Socialdemócrata se han dado de plazo hasta mañana para pactar una alianza que reedite una coalición que garantice un Gobierno estable para los próximos cuatro años. Aún así, fuentes cercanas a los líderes de los partidos no descartan que las negociaciones se extiendan más allá y su resultado se acabe anunciando el lunes o el martes.

Las negociaciones se perfilan arduas. La cúpula del SPD llegó debilitada al encuentro tras recibir un mandato por un margen muy estrecho en un congreso en el que quedó patente el descontento de muchos socialdemócratas ante la idea de volver a gobernar como socios menores de Merkel.

Aún en caso de que los tres partidos sellen un pacto para formar Gobierno, el acuerdo final deberá ser sometido al voto de los más de 440.000 militantes del SPD.

La constitución del nuevo Gabinete se podría demorar hasta fines de marzo, es decir, más de medio año después de las elecciones, un lapso sin precedentes en la historia de la república.

Así, el 71% de los alemanes no entiende por qué cuatro meses después de las elecciones generales en el país no se ha logrado todavía formar Gobierno, según revela una encuesta de la televisión pública ARD adelantada ayer.

En el sondeo Deutschlandtrend, un 64% de los ciudadanos germanos se muestra también preocupado por que las actuales negociaciones para formar un nuevo Ejecutivo tengan efectos negativos en importantes cuestiones internas de Alemania.

Además, un 63% apunta que Alemania pierde influencia en la UE mientras se concentra en intentar sellar otra gran coalición.

Por su parte, el SPD cayó a su nivel más bajo de apoyo, un 18%, un mal resultado que va acompañado de una caída de popularidad de Schulz, quien cuenta sólo con el 25% del respaldo tras perder cinco puntos en un mes. En cambio, Merkel contaría, al igual que a principios de enero, con el 33% de los votos.

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