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Mueren cuatro personas en un atentado contra un responsable de seguridad del Líbano

  • Un coche-bomba ha matado a Wisan Eid, especialista en terrorismo que investigaba varios asesinatos, y a tres personas más en el Beirut

Cuatro personas han muerto y otras 38 han resultado heridas en un atentado con coche-bomba cometido hoy en Beirut contra un responsable de la seguridad libanesa, mientras que el país sigue sumido en un estancamiento político ante la incapacidad de los distintos grupos de elegir a un presidente.

Según un comunicado oficial de la Policía, el ataque, llevado a cabo en el barrio de mayoría cristiana de Chevrolet-Hazmiya, en el este de Beirut, tenía como objetivo el vehículo del capitán Wisan Eid, uno de los responsables de la Seguridad Interior de la Policía (servicios de Inteligencia), especializado en terrorismo.

Eid, de religión musulmana suní, colaboraba con el Comité Internacional que investiga el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, en febrero de 2005, y de otras personalidades antisirias.

Las cadenas de televisión libanesas han mostrado imágenes del lugar de la explosión, que parecía un campo de campo de batalla con restos humanos esparcidos por la calle, coches quemados, edificios y comercios destruidos y un gran cráter causado por la deflagración. Fuentes diplomáticas cubanas, cuya embajada no está lejos del lugar del atentado, han afirmado haber oído "una explosión muy fuerte". "Estábamos trabajando y el edificio se movió", explican.

El atentado ha sido condenado, de modo unánime, por los libaneses de todas las tendencias políticas. El patriarca cristiano maronita, Monseñor Nasralá Sfeir, afirma que "con estas acciones los terroristas quieren acabar con las instituciones en el Líbano". "Hay un plan no libanés, aunque la mano es libanesa", denuncia Sfeir, quien ha apuntado que "los criminales quieren vengarse de todos los que actúan en beneficio de la nación".

Por su parte, el jefe de la Policía, Ashraf Rifi, ha asegurado que se trata de "un mensaje a las Fuerzas de Seguridad Interior, que sigue al enviado en diciembre al ejército cuando mataron al general Francois Hajj, pero no nos impedirá continuar nuestra misión que consiste en proteger el país y garantizar la seguridad".

El ex presidente libanés Amin Gemayel, dirigente de la mayoría antisiria ha indicado que el atentado contra Eid tiene como objetivo debilitar a los servicios de inteligencia de la policía que ayudaron al ejército a vencer al grupo radical suní Fatah al Islam en el campo de refugiados palestinos de Nahar el Bared.

Asimismo, el ministro de la Juventud y Deportes, Ahmed Fatfat, responsabiliza a los que torpedean al acuerdo interlibanés y la iniciativa árabe, en aparente alusión a Siria e Irán. "Los criminales quieren hacer comprender que sólo permitirán el vacío presidencial en el Líbano", dice Fatfat, al tiempo que insta a los estados árabes a asumir responsabilidades con la adopción de una postura crítica y a que presenten de forma clara una iniciativa para dar una salida a la crisis libanesa.

Fatfat se refería a la propuesta lanzada por la Liga Árabe para encontrar una solución a la crisis que vive el Líbano, sin presidente desde el 24 de noviembre pasado por la incapacidad de los grupos políticos de encontrar un consenso. Esa iniciativa pide la elección "inmediata" del jefe del Ejército libanés, general Michel Sleiman, como jefe de Estado, la formación de un gobierno de unidad nacional y la elaboración de una nueva ley electoral.

El atentado contra Eid ocurre dos semanas después de que otro ataque contra un vehículo de la embajada de EEUU en Beirut costara las vidas de tres libaneses y causara heridas a otros 21. Esos son los últimos de una serie de atentados que comenzó en octubre de 2004 y que casi cuesta la vida al ministro de Telecomunicaciones Maruan Hamade, que resultó herido de gravedad.

A ese ataque le siguieron los asesinatos del periodista Samir Kassir, el político Georges Hawi, el primer ministro Rafiq Hariri, los diputados Gebrán Tueni, Walid Eido y Antoine Ganem, del ministro Pierre Gemayel y del general Francois el Hajj.

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