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Olmert y Abás acuerdan negociar "todos los aspectos" del acuerdo de paz

  • Un día antes de la visita de George W. Bush, el primer ministro israelí y el presidente palestino se han comprometido a negociar "todos los aspectos del conflicto" de cara a un eventual acuerdo de paz

El presidente palestino, Mahmud Abbás, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, han acordado hoy que, pese a las diferencias que los separan, negociarán "todos los aspectos" de un eventual acuerdo de paz.

Según fuentes de ambas partes, esa es la principal conclusión de la reunión que Olmert y Abbás mantuvieron hoy en Jerusalén, en la víspera de la primera visita de George W. Bush a Israel y a los territorios palestinos como presidente norteamericano.

"Han acordado negociar todos los aspectos del conflicto", afirma el portavoz del primer ministro israelí, Mark Regev, que ha evitado confirmar las informaciones de prensa que apuntan a que Olmert y Abbás habrían consensuado ya el marco y la modalidad de la negociación. "Lo único que puedo añadir es que el encuentro ha sido constructivo", agrega el portavoz del primer ministro israelí.

En la misma línea se ha expresado Saeb Erekat, consejero del presidente palestino, que, en declaraciones a los periodistas en Ramala (Cisjordania), han afirmado que Olmert y Abbás "han ratificado en su entrevista a los jefes de sus respectivos equipos negociadores". Erekat confirma así que Ahmed Qurea, también asesor de Abbás, será el jefe de la delegación palestina, en tanto que la de Israel la liderará la ministra de Exteriores de ese país, Tzipi Livni.

Saeb Erekat subraya que sobre Livni y Qurea recaerá el mayor peso de la negociación, ya "que abordará todos los aspectos del conflicto hasta lograr un compromiso de paz".

Según el diario Haaretz, el proceso negociador tendrá tres niveles: uno compuesto por Olmert y Abbás, otro integrado por Livni y Qurea y un tercero que formarán distintos grupos de trabajo. De acuerdo con ese plan, Olmert y Abbás supervisarían cada dos semanas los contactos entre Livni y Qurea, que negociarían los "asuntos cruciales" del tratado: las fronteras de un estado palestino, el problema de los refugiados y la división de Jerusalén. Los otros grupos se encargarían de aspectos considerados menores.

A falta de confirmación oficial israelí de ese esquema, el anuncio de Regev de que se negociarán "todos los aspectos" del conflicto implica que Olmert y Abbás están al menos dispuestos a llevar adelante el proceso, pese a sus actuales divergencias.

Esas diferencias han girado en las ultimas semanas en torno al anuncio israelí de nuevas construcciones de viviendas en el asentamiento judío de Har Homa, en la parte árabe de Jerusalén. La extensión de ese asentamiento entra de lleno en uno de los "aspectos cruciales" -la división de esta ciudad, en cuya parte árabe los palestinos quieren establecer la capital de su estado-, pero no parece que frenará a corto plazo la negociación.

El desafío, en ese sentido, es compartido. Abbás se ve obligado a convencer a los palestinos de la conveniencia de proseguir con el actual proceso, pese a la expansión de Hor Homa, y Olmert a los israelíes de la necesidad de entregar una parte de Jerusalén, siempre con el objetivo de alcanzar la paz.

Y las reticencias de ambas partes solo acaban de aparecer en el largo camino que les espera para cumplir el objetivo que se fijaron en la pasada conferencia de Annapolis (EEUU) de firmar un definitivo acuerdo de paz en el plazo de un año. Al rechazo del actual proceso por organizaciones palestinas, como Hamás y la Yihad Islámica -e incluso algunos sectores del movimiento Al Fatah de Abbás-, se viene a sumar, aunque por distinto motivo, la de los grupos más extremistas de la derecha conservadora israelí.

Menos de veinticuatro horas antes de que Bush llegue mañana para impulsar la actual negociación, miles de personas se han manifestado esta tarde junto a las murallas de la vieja Jerusalén para expresar su convicción de que esta ciudad sigue siendo "la capital eterna e indivisible" del Estado Judío.

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