Una decena de militantes de la causa tibetana, algunos embadurnados con pintura roja, se tumbaron en una calle de Olimpia, poco después del final de la ceremonia de encendido de la llama de los Juegos Olímpicos de Pekín, perturbada por defensores de derechos humanos.
Cantando lemas hostiles al gobierno chino, salieron de su hotel para colocarse en la calle, cuando el público y los dirigentes salían de la Antigua Olimpia, una vez que la ceremonia terminó, informaron a la AFP varios fotógrafos de prensa.
Los manifestantes fueron rápidamente disueltos por la policía griega, que condujo a algunos de ellos a la comisaria.
Durante la ceremonia de encendido, tres militantes de Reporteros Sin Fronteras (RSF), entre ellos su secretario general Robert Menard, intentaron acercarse a la tribuna durante el discurso del responsable chino del Comité de Organización de los Juegos (Bocog), Liu Qi.
Uno de ellos tuvo tiempo de desplegar una pancarta en la que estaba escrito "Boicot al país que pisotea los derechos humanos" y otro gritó "Libertad, Libertad" detrás de la tribuna oficial, por lo que fueron detenidos inmediatamente por responsables de seguridad.
"Pienso que siempre es triste cuando hay manifestaciones, pero éstas fueron no violentas y eso es lo más importante", reaccionó Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), poco después de la ceremonia.
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