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Presidentes hasta la eternidad

  • El fin de las dictaduras conduce a Latinoamérica a modelos neopopulistas de partidos débiles y presidentes fuertes

El Congreso colombiano debatía anoche la posibilidad de abrir un referéndum que dé paso a la elección de Uribe para un tercer mandato. Este proceso no deja de ser un pez que se muerde la cola en una suma de polémicas sobre las refomas constitucionales que se está llevando en Latinoamérica para permitir que los presidentes se conviertan en emperadores vitalicios.

El politólogo Luis Guillermo Patiño afirma a este diario que "Uribe ha sido uno de los presidentes más populares de la historia colombiana, que ha combatido por primera vez al gran problema del país: la guerrilla de las FARC. Nadie le quita su mérito, pero un tercer mandato es peligroso para la salud del Estado democrático colombiano" . Y es que el poder acaba apasionando a los políticos.

Uribe ha tirado la piedra y escondido la mano ya que él no ha manifestado abiertamente que se vaya a presentar a un tercer mandato, sino que "sólo quiere tener la posibilidad de hacerlo". Los coqueteos del presidente con la reelección ya han tenido críticas por parte de los opositores del partido Liberal (centro), Polo Democrático (izquierda) y la jerarquía de la Iglesia Católica qienes han señalado que dos periodos "son suficientes".

Patiño afirma que el referéndum forma parte del caudillismo tropical, en el que está inmerso la región. "Hoy en día no se apuesta por consolidar los partidos y dar pie a proyectos de largo alcance, sino por crear un líder popular que atraiga los votos". Es decir, que se vota en base al candidato y no a la ideología política, una situación peligrosa para un Estado democrático y de derecho.

El politólogo también opina que Uribe "debería aprender de Lula y saber retirarse a tiempo". Tendría que saber que ya ha hecho una labor importante y debería tener el suficiente juicio para decir "basta", afirma Patiño.

En caso de que Uribe no se presentara a las próximas elecciones una retahíla de candidatos aguardan turno. Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa, se perfila como el sucesor, por lo que ha dejado su cartera pese a haber manifestado que si Uribe se presentaba a la reelección, él renunciaría.

Germán Vargas constituye otro pretendiente a la presidencia. Pertenece al partido Cambio Radical, que gobierna en coalición con Uribe y que pretende continuar la radical política de seguridad que el presidente ha llevado a cabo contra las guerrillas colombianas.

El nombre de Felipe Arias también ha sonado en las cabeceras de los diarios; sería el único candidato alejado del uribismo.

El problema no es la falta de candidatos, sino que el propio Uribe debe decidir si opta o no a la reelección, ya que cuenta con el apoyo fiel del partido y de la mayoría de los votantes colombianos.

Luis Guillermo Patiño advierte que "ya basta de hacer constituciones de bolsillo para los líderes" y que tras la época de las dictaduras, en América Latina se ha vuelto a un nuevo populismo en el que lo que lo importante no son los partidos políticos sino los mandatarios.

En palabras del sociólogo Franciso Leal Buitrago, de la Universidad Nacional en Bogotá: " A cambio de la antiguas dictaduras, la tendencia actual que recorre el continente es la de aprovechar la debilidad de los partidos para personalizar la política".

La pregunta clave sería cuál es la solución para acabar con esta tendencia neopopulista que se presenta en el continente suramericano desde la década de los 90, con la entrada de Menem o Fujimori en la escena política.

Patiño afirma que la solución es compleja. "Las constituciones de bolsillo son consecuencia de la poca cultura política que tienen los latinoamericanos".

La fórmula es educación democrática para acabar con la vigencia del caudillismo político que ha sido el principal motor de los régimenes de la región desde los líderes de la independencia hasta los momentos actuales.

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