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Prodi pasa la primera criba pero no se sacude el fantasma de la dimisión

  • El primer ministro italiano obtiene la confianza del Parlamento y ahora se enfrenta al Senado, donde sus fuerzas están mermadas tras dimitir su ministro de Justicia

El primer ministro, Romano Prodi, obtuvo ayer la confianza de la Cámara de los Diputados, pero aún necesita la del Senado al que, en principio, se la pedirá hoy si antes no dimite, tal y como se apuestaba ayer en Italia.

Prodi superó sin apuros el escollo de la Cámara de los Diputados al recoger 326 votos a favor, 25 por encima de los que necesitaba, y 275 en contra.

Pero el paso fácil por la Cámara Baja se daba por hecho y es en el Senado donde la oposición le espera, ya que ahora mismo no parece que pueda lograr la confianza debido a que sus fuerzas están mermadas por el plante de los democristianos.

La Unión de Demócratas para Europa (UDEUR), que hasta la semana pasada tenían a su líder como ministro de Justicia, no acudieron al Congreso de los Diputados al considerar que sus votos en la Cámara Baja no son determinantes, aunque sí acudirán a la cita del Senado para votar en contra de Prodi.

Hasta la semana pasada, la UDEUR, formación que figura inscrita en el conservador Partido Popular Europeo, apoyaba al Gobierno de centroizquierda encabezado por Prodi.

Pero Clemente Mastella, líder de esta formación, tuvo que dimitir como ministro de Justicia al conocerse que está siendo investigado por corrupción política. Un vez dejado el cargo y retirado el apoyo, Mastella anunció esta semana que su partido dejaba la coalición gubernamental.

La crisis fue inmediata porque la coalición de Prodi tenía, con los tres senadores de Mastella, dos escaños de diferencia con la oposición.

Además otros senadores como Franco Turigliatto, díscolo de Refundación Comunista que fue expulsado del partido por provocar la anterior crisis de Gobierno de Prodi, y Domenico Fischella, radical libre en el Parlamento italiano, anunciaron ayer que también votarán en su contra.

Entre las distintas hipótesis figuran la de que Prodi dimita antes de que se produzca la votación del Senado, mientras que otros hacen cálculos en los que el primer ministro obtendría la confianza si votan a su favor los siete senadores vitalicios.

Sin embargo, esa posibilidad no gusta al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, quien durante la última crisis de Prodi de febrero del año pasado dijo que los votos de los senadores vitalicios no deberían ser decisivos en las mociones de confianza.

Todos hacen conjeturas: La derecha, encabezada por Silvio Berlusconi, está a favor de las elecciones. De hecho uno de los aliados de Berlusconi, el extremista Umberto Bossi, ha afirmado que debe haber elecciones o de lo contrario "habrá revolución armada", aunque nadie se toma en serio esas probocadoras palabras, habituales en él.

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