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Sarkozy no descarta boicotear la inauguración de los Juegos de Pekín

  • El presidente francés insta a las autoridades chinas a actuar con "contención" ante las manifestaciones en el Tíbet y a dialogar con representantes del Dalai Lama

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, no descartó ayer la posibilidad de un boicot a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, a la vez que pidió "responsabilidad" a las autoridades chinas en el Tibet. "Todas las opciones están abiertas", dijo Sarkozy a preguntas sobre un hipotético boicot galo.

A este respecto, fuentes del Elíseo precisaron que el presidente se refería a la ceremonia de inauguración de los Juegos.

Sarkozy instó a las autoridades chinas a la "contención" ante las manifestaciones en Tíbet y al diálogo con representantes del líder tibetano, el Dalai Lama.

"Quiero que empiece el dialogo entre las partes y modularé mi respuesta en función de la respuesta que den las autoridades chinas", afirmó, al explicar que "así es cómo hay que reaccionar si se quieren obtener resultados".

El ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, por su parte, insistió en que Francia "está en contra del boicot a los Juegos", pero aseguró que han escuchado con atención las sugerencias de apoyar manifestaciones durante la ceremonia de apertura.

"Los Juegos y los derechos humanos tienen mucho que ver, porque en el Olimpismo están la fraternidad y el respeto de los derechos humanos", dijo Kouchner a preguntas en la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional francesa.

El responsable de la diplomacia gala recordó que habló con su homólogo chino, al que explicó que el Dalai Lama "no es una amenaza contra su país", al tiempo que le expresó su sorpresa de que "1.300 millones de chinos puedan sentirse amenazados por unos centenares de tibetanos".

"Quiero decir a los chinos que su combate no es bueno, que se equivocan al pensar que el Dalai Lama amenaza la integridad territorial de su país", dijo el ministro de Exteriores francés.

Para Kouchner, la cuestión del Tíbet engloba "los derechos humanos y también una identidad cultural y religiosa que los tibetanos quieren vivir plenamente".

Esta identidad "está bien representada por el Dalai Lama, que es uno de los grandes apóstoles del pacifismo y que nunca ha buscado la violencia", señaló el ministro en la sesión.

En este sentido, la representación del Tíbet en Francia reafirmó ayer que el líder budista tibetano estará en París entre el 15 y el 20 de agosto próximos, durante los Juegos Olímpicos de Pekín.

Kouchner señaló que en el próximo Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea que tendrá lugar en Liubliana tratarán de consensuar una posición común, "porque es mejor hablar a 27" y reiteró el ofrecimiento hecho por Sarkozy a los chinos de contribuir al diálogo entre las dos partes para solucionar el conflicto en la zona.

El hecho de que el presidente Sarkozy tardara en reaccionar a la represión china en Tibet y se limitara ayer a pedir "contención" ha suscitado críticas en Francia, no sólo en la oposición de izquierdas, sino también en las filas de su partido conservador, la UMP.

El ex alcalde de Burdeos y ex primer ministro francés, Alain Juppé, de la UMP, deploró que dirigentes occidentales pidan a China que "mate con contención".

Sarkozy se defendió ayer contra las críticas al afirmar que "la estrategia" que propone es "muy firme en cuanto a los derechos humanos".

Tras reiterar que "todas las opciones están sobre la mesa", dijo que les corresponde a China "ver qué planean hacer" con respecto a las propuestas que ha hecho.

Mientras tanto, Sarkozy viaja hoy al Reino Unido para una visita de Estado, centrada en la defensa, la energía nuclear, la inmigración, la crisis financiera y temas internacionales de actualidad, y que debería de marcar un nuevo impulso a la cooperación entre los dos países.

Sarkozy "dirá a nuestro amigos ingleses que lo que nos acerca es mucho más importante que lo que nos separa" y "somos capaces de superar" las diferencias para "inventar una nueva fraternidad franco-británica en el siglo XXI", indicaron fuentes de su entorno en vísperas del viaje.

Ya desde antes de su llegada al Elíseo, el presidente galo ha dicho que el llamado "motor franco-alemán" sigue siendo necesario pero que ya no es suficiente para hacer avanzar la construcción europea, y considera que el Reino Unido tiene "un papel especial que desempeñar" en ello, pese a las diferencias.

La prensa francesa ha destacado que la decisión de la Reina Isabel de invitar al matrimonio Sarkozy al castillo de Windsor es una muestra de "consideración".

Además, Sarkozy pronunciará un discurso ante las dos cámaras del Parlamento, que, junto con el banquete real, se perfila como otro de los momentos más importantes de la visita.

El viaje se produce en un momento oportuno para el presidente francés, tras el fuerte revés que ha supuesto la derrota conservadora en las elecciones locales francesas, y que trata de tener una imagen más "presidencial".

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