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Trump aplasta a sus rivales y Clinton derrota a Sanders en Nueva York

  • El magnate califica de "podrido" el sistema de elección del candidato republicano La ex senadora ve el triunfo como un impulso definitivo

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se auparon como ganadores en unas primarias en el estado de Nueva York, donde quedó claro que mientras la ex senadora cuenta con el apoyo del partido, el polémico magnate teme quedarse sin la nominación en la convención republicana. Aunque el empresario tiñó de rojo todo el mapa electoral del estado, le faltó un distrito, justamente, Manhattan, donde John Kasich se llevó la victoria.

Trump presumió de una holgada victoria en su estado -60% de los votos- y advirtió que no será "justo" que si llega a la convención con mayor número de delegados que sus rivales no sea el elegido por el partido. Reaccionó así tras los primeros datos que lo dan como ganador claro, por encima de Ted Cruz y John Kasich, desde el lobby de la Torre Trump que posee en la Quinta Avenida, acompañado de varios miembros de su familia. "Vamos a llegar a la convención como vencedores en número de delegados ganados justamente con votos. Nadie debería aceptar delegados que no ha conseguido él mismo, como yo", dijo a modo de aviso mostrando su temor de que la convención republicana le aparte de la nominación pese al apoyo conseguido.

"Iremos a la convención como ganadores y nadie podrá quitarnos la elección a la manera como se las gasta el partido republicano", señaló el magnate, que calificó de "podrido" el sistema de elección de candidato en la convención republicana, si bien dijo que "el de los demócratas es aún peor".

La victoria de Clinton fue tan reñida como preveían las encuestas, aunque sacó ventaja a su adversario al lograr el 58% de los votos para imponerse al candidato nacido en Brooklyn Bernie Sanders, que obtuvo poco más del 40% de las papeletas.

Aunque Sanders consiguió movilizar a buena parte de los votantes más jóvenes, Clinton consiguió hacerse con el voto clave en un estado tan diverso como Nueva York, esto es, mujeres, hispanos y afroamericanos. En previsión quizás de su derrota, Sanders ni siquiera se encontraba en Nueva York, sino en Pensilvania, uno de los próximos estados en los que se la juega.

Las celebraciones de Clinton -en un hotel de Times Square- y Trump -en la torre de la que es propietario en la Quinta Avenida- se separaban por poco más de un kilómetro, pero su contenido fue muy distinto, más allá de la música a todo volumen y los mensajes de amor a Nueva York, lugar de adopción para una y de nacimiento para el otro.

Clinton hizo un llamamiento a la unidad de su partido rodeada de su familia pero también del gobernador del estado, Andrew Cuomo, y el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. La esposa del ex presidente Clinton, que no ganaba ninguna primaria desde el 22 de marzo, consideró este su impulso definitivo para distanciarse de Sanders, a su izquierda, y dijo que con Nueva York entra en la "recta final" la carrera a la Casa Blanca.

La jornada de voto transcurrió con tranquilidad, aunque empañada por un error en las listas electorales demócratas en Brooklyn que dejaron sin poder ejercer su derecho a 125.000 personas en el distrito de origen de Sanders y que llevaron incluso al alcalde De Blasio a tener que salir al paso con un comunicado.

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