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La amenaza de 'Sandy' obliga a suspender la campaña electoral

  • Obama regresa de forma anticipada a Washington para coordinar los preparativos ante la llegada del huracán de categoría uno a la costa Este · Romney también hace llamamientos a la población para que se proteja.

Los expertos en EEUU llevan semanas calculando los resultados electorales del 6 de noviembre y los posibles escenarios de no poder declarar un vencedor absoluto entre los rivales Barack Obama y Mitt Romney, pero lo que ninguno había incluido en sus pronósticos era el factor meteorológico.

Ahora, sin embargo, los cálculos se están reajustando a marchas forzadas, en vista de la llegada inminente de Sandy, un huracán de categoría uno que amenaza a buena parte de la costa este estadounidense, incluyendo a la capital, Washington, y a la metrópolis por excelencia, Nueva York.

El presidente y candidato demócrata, Barack Obama, partió ayer de forma adelantada de Florida para regresar a Washington a "monitorear" los preparativos y la llegada de Sandy, según explicó la Casa Blanca. Consciente de que no se puede permitir perder ni un solo voto en un Estado clave como es Florida, Obama dejó en manos de su predecesor demócrata, Bill Clinton, el acto electoral que iba a celebrar ayer en Orlando, mientras él regresaba a la Casa Blanca.

Por el mismo motivo, Obama tampoco viajará hoy a Green Bay, Wisconsin. En vez de ello, el mandatario "permanecerá en Washington para vigilar estrechamente el impacto y la respuesta al huracán", según su campaña.

No son éstos los únicos actos electorales que Sandy desbarató. Ya durante el fin de semana tanto demócratas como republicanos se vieron obligados a cancelar o reajustar mítines debido al ciclón, mientras que los candidatos hacían llamamientos -con marcado tono electoralista, eso sí- a la población para protegerse de lo que amenaza ser una mega-tormenta.

"Amigo, Anne y yo tendremos en nuestras oraciones y pensamientos a la gente en el camino de Sandy. Espero que si puede, ayude a sus vecinos, especialmente los más ancianos, y que si puede dar recursos o tiempo, considere por favor apoyar a su organización local de la Cruz Roja", dijo Romney en un correo electrónico distribuido por su equipo de campaña la madrugada del domingo.

"Tenemos que tomarnos esto muy en serio", dijo Obama al visitar el domingo, entre mitin y mitin, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), encargada de supervisar la respuesta federal ante la tormenta.

Y es que apenas a una semana de la cita electoral, Sandy se ha convertido en una complicación no sólo en términos prácticos o humanos, sino absolutamente políticos: en la mente de cualquiera con aspiraciones presidenciales está muy presente el desastre de Katrina, el huracán que en 2005 arrasó especialmente Nueva Orleans, dejando 1.800 muertos, pérdidas multimillonarias y una imagen muy deteriorada del entonces presidente, George W. Bush.

Con todo, una reacción desmesurada también podría ser perjudicial: hace un año, la costa este, especialmente Nueva York, tomó medidas extremas de precaución ante la amenaza del huracán Irene que finalmente no produjo la destrucción temida, provocando las protestas de una población que consideró la respuesta desmesurada.

Con unos vientos que le mantienen como peligroso huracán de categoría uno, Sandy está unánimemente considerado como un peligro para la costa Este y los políticos no quieren jugársela.

Según The Washington Post, entre otros en Virginia, otro Estado clave inmerso además en una tensa carrera por el Senado, los equipos de campaña pidieron a los residentes que retiren los carteles que a menudo despliegan en sus jardines a favor de uno u otro candidato por miedo a que puedan salir volando y convertirse en un peligro.

En Washington, las autoridades tuvieron que suspender ayer la votación anticipada, en vista de que la capital era una ciudad cerrada a cal y canto en la que se aconsejó a los residentes que permanecieran en sus casas a partir de la tarde, cuando se esperaba que empeorasen más aún las condiciones meteorológicas.

Por su escaso peso electoral, Washington no representa un gran problema en este sentido, pero si otros estados críticos como Virginia dieran el paso y suspendieran el voto anticipado o hasta los comicios en sí -cosa que puede hacer el gobernador, el republicano Bob McDonnell, en casos como una amenaza de huracán- el tema podría ser especialmente perjudicial para los demócratas, que son quienes tradicionalmente se benefician del voto por adelantado.

En un país donde el voto es electrónico, está por ver aún qué impacto tendrán eventuales apagones masivos en la costa Este -que, según recientes experiencias, pueden tardar días o hasta semanas en ser solucionados- en el proceso electoral, en el que también los sufragios emitidos por correo se podrían retrasar por Sandy.

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