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El avispero afgano Los expertos, sin embargo, dudan de la lealtad de los servicios secretos de Islamabad

Una captura de mucho peso

  • La detención en Pakistán del mulá Baradar, el número dos de los talibanes afganos, puede suponer un cambio decisivo para el futuro del conflicto

La captura por parte de Pakistán y la CIA del jefe militar de los talibanes afganos representa un cambio sustancial de las autoridades paquistaníes, tras años de protección a una milicia que era su instrumento en Afganistán, estimaron analistas.

El Ejército paquistaní confirmó el pasado miércoles la detención del mulá Abdul Ghani Baradar, jefe militar de los talibanes afganos. "Ha sido confirmado que una de las personas detenidas es el mulá Baradar", señaló el Ejército en un comunicado. "El lugar de la detención, así como los detalles de la operación, no pueden ser revelados debido a razones de seguridad", añade el texto, sin más precisiones.

El lunes, The New York Times informó que el mulá Baradar había sido capturado en Karachi en una operación secreta llevada a cabo por el servicio de inteligencia de Pakistán (ISI) y la CIA estadounidense.

"Es una clara señal para los comandantes de los talibanes afganos por parte de Pakistán: las cosas han cambiado. Tienen que elegir, o siguen combatiendo sin nuestra ayuda o hacen un trato", dijo Arturo Muñoz, ex agente de la CIA.

Sin confirmar el arresto de Baradar, la Casa Blanca celebró el hecho y la renovada cooperación del ISI, brazo de la inteligencia militar paquistaní que ayudó a crear los talibanes en los años 1990 y ha mantenido contacto con ellos desde entonces.

"Hemos visto un aumento en la presión paquistaní sobre los extremistas en su territorio, lo que pienso que es beneficioso, no solamente para nosotros", dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.

Pero no todos están convencidos de que se trate de un cambio definitivo y prefieren esperar a ver cuánto dura el nuevo espíritu de cooperación.

Paul Pillar, ex analista de la CIA, dijo a la AFP que el arresto de Baradar, aunque significativo, cae dentro del patrón del ISI de ceder en forma limitada a la presión de Estados Unidos.

"¿Significa que el ISI está totalmente comprometido con Estados Unidos? Lo dudo", dijo por su parte Bruce Riedel, ex agente de la CIA que el año pasado condujo la revisión de la Casa Blanca sobre su estrategia en Afganistán. Pero dijo que "es... un paso significativo en la dirección correcta".

Y nadie duda de que el arresto se trata de un gran logro para Washington, que desde hace un año presiona a Pakistán al tiempo que aumentó sus fuerzas en Afganistán. El general retirado Jim Jones, asesor de seguridad nacional del presidente Barack Obama, se encontraba en Pakistán en el momento del arresto de Baradar.

Baradar, segundo del fundador de los talibanes, el mulá Omar, es el más importante líder de la milicia capturado desde 2001 y quien conducía la estrategia militar, se reunía con otros comandantes y manejaba las finanzas.

Fue viceministro de Defensa cuando los talibanes gobernaban Afganistán y ascendió al número dos tras la ofensiva de la Alianza del Norte apoyada por Estados Unidos a fines de 2001, que derrocó el régimen.

"Era muy respetado, un líder muy querido, y perderlo será, pienso, algo extremadamente desmoralizador para el movimiento talibán. Pero estos son tipos duros, han estado en guerra durante mucho tiempo", dijo Muñoz, que ahora trabaja en RAND, un centro de estudios en Washington.

Riedel estimó que Baradar "es una mina de oro para la información de inteligencia, no sólo por lo que podría decir, sino por los elementos que podría portar".

"Este hombre debe saber dónde se encuentran las casas seguras, los escondites, y por lo tanto todo será más difícil para ellos", añadió.

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