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Un fiscal especial de EEUU investigará los abusos de la CIA en interrogatorios

  • Este anuncio se produce el mismo día en que el Departamento de Justicia ha divulgado, por orden judicial, un informe de cientos de páginas en el que se relatan los abusos que cometieron algunos agentes.

El secretario de Justicia, Eric Holder, ordenó que un fiscal especial investigue los abusos cometidos por la Agencia Central de Inteligencia en el interrogatorio de supuestos terroristas.

Este anuncio se produce el mismo día en que el Departamento de Justicia divulgara, por orden judicial, un informe de cientos de páginas, en el que se relatan los abusos que cometieron algunos agentes de la CIA cuando interrogaron a sospechosos de pertenecer a Al Qaida. El informe revela, por ejemplo, que la CIA amenazó con matar a los hijos de Khalid Sheikh Mohammed, cuando éste estaba siendo interrogado por los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El documento, redactado por la Inspección General de la CIA en 2004, incluye detalles como la amenaza a un sospechoso con una pistola y un taladro eléctrico para obligarlo a que diera información. La amenaza se usó en dos sesiones de interrogatorio de Abd al Rahim al Nashiri, acusado de planificar el ataque en 2002 contra el destructor Cole, en Yemen, en el cual murieron 17 marinos estadounidenses.

Los interrogadores estadounidenses también escenificaron simulacros de fusilamientos, y dispararon armas en una habitación vecina a donde un sospechoso era interrogado para hacerle creer que otro sospechoso había sido ejecutado.

Poco antes de que se distribuyera el informe, el portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton, recordó que el presidente Barack Obama prefiere que "se mire hacia adelante, al futuro, y no hacia atrás, el pasado" en cuanto a los supuestos abusos cometidos en la lucha contra los terroristas. Pero, añadió Burton, la decisión "corresponde al secretario Holder, sin interferencia del presidente Obama".

Por su parte, a poco de divulgarse el informe, el director de la CIA, Leon Panetta, en un mensaje a los empleados de la agencia explicó que el documento elaborado por la Inspección General de la CIA se divulgó en cumplimiento con la ley sobre libertad de información. "Yo no emito opinión sobre la exactitud del informe de 2004", dijo Panetta. "Tampoco estoy interesado en meterme en el debate, ya politizado sobre la utilidad final de las actividades de detención e interrogatorios de la CIA en el pasado".

"Pero algo es bien claro", añadió Panetta. "La CIA obtuvo información de los detenidos de alto valor cuando la información interna de Al Qaeda era muy escasa. Si ésas fueron las únicas formas de obtener información seguirá siendo un área de discusión legítima, en la cual los estadounidenses tienen opiniones muy variadas sobre los métodos usados".

Según el documento divulgado, un interrogador trató de convencer a un supuesto terrorista de que su madre sería violada sexualmente frente a él, aunque luego el interrogador en cuestión negó que hubiese formulado tal amenaza.

El fiscal Holder nombro al fiscal general de Connecticut, John Durham, para investigar las denuncias que pesan sobre la CIA y decidir si algún agente debe ser procesado. Durhan ya fue elegido por el predecesor de Holder, Michael Mukasey, para investigar la destrucción de las cintas de vídeo de la CIA donde estaban grabados los interrogatorios, por lo que ahora se le ha expandido su mandato.

Holder informó también de que el presidente Obama ha ordenado la creación de un nuevo equipo de interrogadores que se ocupará de los supuestos terroristas y aplicará los métodos del Manual de Campo del Ejército. Los grupos de derechos humanos, organizaciones internacionales, y abogados de los detenidos han denunciado que, en el curso de su guerra contra los terroristas, Estados Unidos ha secuestrado, torturado, transferido ilegalmente a países donde se tortura, y mantenido sin juicio a cientos de hombres capturados como sospechosos.

Entre esas prácticas la que ha causado más controversia en EEUU es la llamada 'waterboarding' (conocida como "submarino" o "asfixia simulada" en otros países), que consiste en someter al detenido a la asfixia por inmersión, o arrojándole agua por la nariz y la boca.

Otras prácticas que, según los denunciantes, han usado los agentes de EEUU incluyen el confinamiento solitario, la desnudez, la exposición a temperaturas extremas, la privación de alimentos y de sueño, las humillaciones sexuales, la amenaza de ataques con perros y la sujeción a posiciones forzadas por períodos prolongados.

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