El Gobierno holandés sufrió ayer su primer golpe tras la dimisión del ministro de Exteriores, el liberal Halbe Zijlstra, quien mintió sobre su presencia en una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, y tergiversó lo que se dijo en esa cita al presentarlo como una declaración de guerra por Rusia.

"Es muy doloroso pero había demasiadas dudas sobre mí y no puedo permitirme eso como ministro de Exteriores. No puedo defenderme, sólo había una solución: dimitir", dijo a la salida del Parlamento y tras presentar su renuncia cuatro meses después de jurar el cargo.

En los últimos años, Zijlstra contó en varias ocasiones que estuvo personalmente en un encuentro con Putin en el que le escuchó hablar de sus pretensiones expansionistas anexionando varios territorios para formar la "Gran Rusia".