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El silencio de Hugo Chávez

  • Los analistas políticos acusan al presidente venezolano de emplear el enfriamiento político como estrategia para evitar su vinculación con posturas radicales

El repentino bajo perfil adoptado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, es una estrategia de "enfriamiento político" para desmontar la "inconveniente" imagen de "radicalismo extremo" de cara a las elecciones regionales de noviembre, según dijeron analistas locales.

Hugo Chávez ha optado en las últimas semanas por mantenerse alejado de los micrófonos "para no arriesgarse, para que no empiecen a vincularlo" con posturas "radicales" respecto a asuntos con "elevado rechazo popular", como la guerrilla colombiana, opinó el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León.

"La popularidad es muy importante" para el gobernante venezolano, porque es la base de su "gobernabilidad", y si requiere eludir el "radicalismo", Chávez lo asume, en especial de cara a las elecciones regionales y municipales del 23 de noviembre, dijo León en una entrevista telefónica.

Chávez ha suspendido varias veces en las últimas semanas su programa dominical de radio y televisión Aló Presidente, en el que suele mostrar su postura sobre asuntos nacionales e internacionales, al tiempo que ha sido inusualmente parco en sus intervenciones en actos públicos.

Las relaciones entre Caracas y Bogotá comienzan a recomponerse tras las tensiones iniciadas en noviembre del año pasado, que llegaron a su punto crítico el pasado 1 de marzo con la incursión militar colombiana a un campamento de la guerrilla en Ecuador.

Hugo Chávez "huyó hacia adelante rápidamente con el tema de las FARC" el pasado 8 de junio, cuando las instó públicamente a liberar a todos los secuestrados "a cambio de nada", recordó León.

Esa inesperada petición supuso un cambio radical respecto a la postura que mantenía Chávez el pasado enero, cuando pidió a la comunidad internacional otorgar a las FARC el estatus de beligerancia una vez que el grupo aceptara participar en un proceso de paz.

León señaló que tras la derrota en las urnas de su propuesta de reforma constitucional, en diciembre de 2007, Chávez intentó "reconectar con la gente" mediante un discurso "nacionalista", pero cometió el "error" de mezclar "la defensa de la soberanía con el tema de la guerrilla colombiana, que es rechazada por el 73%" de los venezolanos.

El cambio de postura del presidente colombiano respecto a las FARC fue "estratégicamente bueno", porque logró modificar "el perfil de su mensaje, y le permitió recibir la liberación de Íngrid Betancourt de forma menos costosa políticamente", aseveró el analista local.

"Chávez entendió que el radicalismo extremo no le conviene, que vale la pena bajar el tono" y evitar discursos que vinculen su "revolución" con "el modelo tipo Cuba", a fin de no afectar su popularidad de cara a los comicios de noviembre, agregó León.

En ese contexto se incluyen las "rectificaciones" gubernamentales de los últimos meses, como la derogación de una polémica ley de Inteligencia, criticada por sectores académicos y opositores con el argumento de que "violaba" derechos humanos y constitucionales.

Por su parte, Teodoro Petkoff, ex ministro, ex guerrillero y actual editor del diario caraqueño Tal Cual, calificó de "peripecias" los recientes cambios de postura del gobernante frente a temas como las FARC y la conflictiva relación con Estados Unidos.

"Ahora tenemos un Chávez que habla bajito (...) las últimas peripecias parece que le han dejado afónico (...) Por alguna vez en su vida debe estar pensando antes de hablar", señaló Petkoff.

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