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El rey tailandés respalda a la junta militar que ostenta el poder desde el golpe

  • El líder de la junta aseguró que se organizarán elecciones generales tan pronto como sea posible y se restablezca la normalidad, pero evitó aventurar fechas.

El rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, respaldó a la junta militar que asumió el poder el jueves pasado tras un golpe de Estado incruento, mientras que ésta prosiguió la purga de opositores y amenazó con el uso de la fuerza contra los que protestan por la asonada. El jefe del Ejército, Prayuth Chan-ocha, participó junto a otros generales en la ceremonia a puerta cerrada que lo confirmó formalmente como líder del Consejo Nacional para la Paz y el Orden, el nombre oficial del nuevo régimen.

"No estoy aquí para luchar sino para arreglar (la crisis). Pero haré lo que haga falta", dijo Prayuth, al tiempo que pidió paciencia y comprensión a la población, en declaraciones citadas por el diario local The Nation. El general defendió la intervención militar ante el peligro de que estallase la violencia entre detractores y partidarios del Gobierno depuesto, tras meses de protestas antigubernamentales en las que han muerto 28 personas y otras 800 han resultado heridas.

En su primera rueda de prensa tras la asonada, el líder de la junta aseguró que se organizarán elecciones generales tan pronto como sea posible y se restablezca la normalidad, pero evitó aventurar fechas. Tampoco dio detalles sobre la formación de un nuevo Gobierno y el nombramiento de un primer ministro. El general instó a los periodistas a no exagerar la situación y anunció una pronta relajación de algunas de las medidas impuestas tras el golpe, como el toque de queda durante la noche, del que dijo que todavía es necesario.

El militar advirtió a los tailandeses para que no salgan a las calles con el fin de condenar el golpe. "En estos momentos hay gente que sale para manifestarse. ¿Queréis regresar a los viejos tiempos? Si lo queréis, tendré que aplicar la ley", afirmó Prayuth. Las protestas contra la asonada no han sido muy numerosas, de cientos de personas la más grande, como las alrededor de 700 que esta tarde se congregaron en el emblemático Monumento a la Victoria de Bangkok y desafiaron a soldados y carros con cañones de agua. La situación, en la que hubo lanzamientos de piedras contra los militares, acabó por resolverse de manera pacífica tras momentos de gran tensión.

"Gracias por venir, por favor vuelvan mañana", despidió en inglés y por megáfono un soldado. Tailandia ha vivido doce golpes de Estados y siete intentonas desde el establecimiento de la democracia en 1932. El Consejo Nacional para la Paz y el Orden advirtió de que endurecerá la persecución de comentarios críticos con la Corona o que instiguen a la insurrección o la secesión, delitos que juzgará un tribunal militar, mientras continúa la censura en los medios de comunicación y el corte de las emisiones de radio y televisión. Las nuevas autoridades de Tailandia han prohibido a 155 personas abandonar el país y han requerido la presencia de cerca de 200 políticos, aliados y colaboradores del Gobierno depuesto, intelectuales, activistas y periodistas, quienes tras comparecer quedaron detenidos.

Entre estos destaca la ex primera ministra Yingluck Shinawtra, que estuvo retenida desde el viernes  en un cuartel militar de una provincia vecina a Bangkok. La junta citó a otros 30 tailandeses, incluidos destacados empresarios, el ex rector de la Universidad de Thammasat y el decano de la facultad de Derecho del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Administración.

El Ejército ha asegurado que dispensa un trato correcto a los detenidos y que varios de ellos han recobrado la libertad. El presidente del Instituto Tailandés de Investigación del Desarrollo, Somkiat Tangkitvanich, instó a las nuevas autoridades a respetar la libertad académica y añadió que la junta militar "debería aceptar las críticas a su trabajo". Los golpistas, que han afianzado su poder con la disolución del Gobierno y el Senado, han anunciado su intención de impulsar un proceso de reformas políticas y económicas, pero no han facilitado ningún calendario.

El anterior golpe de Estado ocurrió en septiembre de 2006 y se celebraron elecciones en diciembre de 2007. La junta militar también ha destituido a una docena de altos cargos de la Policía considerados próximos a la corriente política del Gobierno depuesto y su líder, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra. Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe militar que depuso hace ocho años a Thaksin, hermano de Yingluck.

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