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jan kleijssen. Responsable de la oficina contra el crimen y el terrorismo del consejo de Europa

"Me temo que tendremos que convivir con el terrorismo"

  • Europa pretende involucrar a las compañías tecnológicas en la lucha contra el yihadismo para que eliminen su propaganda de internet

Jan Kleijssen, durante la entrevista en la Universidad de Málaga.

Jan Kleijssen, durante la entrevista en la Universidad de Málaga. / javier albiñana

Jan Kleijssen (Almelo, Holanda, 1958) está al frente de la Dirección de la Sociedad de la Información y Acción contra el Crimen del Consejo de Europa, institución que aglutina a 47 países, aunque su campo de acción llega a muchos más. El 21 y 22 de septiembre reunió en Málaga a policías, jueces y autoridades de diferentes países con la finalidad de promover la colaboración y el intercambio de inteligencia.

-¿Estamos preparados para hacer frente al terrorismo?

-Hemos sufrido diferentes ataques, pero también se han evitado muchos. Es verdad que se podría hacer aún más y mejor. Nunca va a existir un cien por cien de garantías y de seguridad, de la misma manera que no hay tampoco cien por cien de seguridad frente al crimen. Me temo que esto es algo con lo que tendremos que convivir, pero podemos y debemos hacerlo mejor si hay una cooperación más efectiva entre las fuerzas policiales y las autoridades. Esto es lo a través, por ejemplo, del Protocolo de Riga firmado en noviembre de 2015, que permite intercambiar información sobre los viajes al extranjero de los terroristas y sobre el regreso de aquellos que han estado en Siria con el Daesh.

-Pero sólo siete países han ratificado ese protocolo.

-Treinta países lo han firmado ya y aunque está pendiente de ratificación, pues debe ser aprobado en los parlamentos, se han dado pasos. La red de intercambio de información ha empezado a funcionar y hay 30 países que lo aplican aunque no lo hayan ratificado.

-¿La cooperación no es efectiva o la existencia de tantas fuerzas policiales la complica?

-Primero hay que comprender que hay muchísima información. El desafío es asegurarse de que cuando haya pruebas criminales se comuniquen de forma efectiva y no se pierdan porque haya demasiadas agencias y fuerzas policiales. Hay que asegurar que las autoridades nacionales competentes están en contacto con las autoridades de otros países para pedir y enviar información. Además, estamos tratando de que las compañías privadas jueguen también un papel importante.

-¿De qué manera?

-De muchas. Internet es una vía importante para reclutar terroristas y dada la naturaleza global de las compañías tenemos que hacer algo para tenerlas a bordo en la lucha contra el terrorismo. En breve firmaremos un memorando con la mayoría de las empresas de internet a nivel mundial y los proveedores europeos de internet para que nos ayuden a eliminar contenidos y propaganda del Daesh.

-¿Es fácil eliminar de la red la propaganda yihadista?

-No se trata de que las empresas ejerzan de policías de internet. Lo que queremos es saber quién está en el teclado poniendo esos contenidos. Estas compañías manejan enormes cantidades de datos que nos pueden ayudar.

-¿Son receptivas o temen el efecto sobre su actividad?

-Por supuesto esas compañías no son gobiernos. Están para ganar dinero, pero esos negocios tienen que construirse sobre la confianza. Pero ninguna empresa seria quiere verse convertida en una plataforma del terrorismo o en un instrumento de propaganda del Daesh. Por tanto, hay interés. Otro aspecto que nos interesa es conseguir pruebas, que cada vez están más en la nube, para llevar a los terroristas ante los tribunales.

-¿Hay herramientas para llevar la investigación al ciberespacio?

-Las pruebas son ahora muy volátiles. Hoy pueden estar en un lugar pero mañana a 15.000 kilómetros o completamente destruidas. Así que estamos trabajando en fórmulas más rápidas. Tenemos el Tratado de Cibercrimen, único en el mundo, que alcanza a 55 estados, pero opera en 125. -¿La financiación del terrorismo está cambiando o sólo diversificándose?

-Tenemos que empezar a trabajar en el mercado criptomonetario. Las criptomonedas están reconocidas como un sistema legal de pago, pero este mercado está siendo utilizado crecientemente por terroristas y criminales. Queremos prevenir su uso con una perspectiva global, que tampoco es fácil porque implica tanto a los estados como a los bancos. Los terroristas, que son muy hábiles descubriendo nuevas vías de financiación, también se han fijado en el crowdfunding habitualmente utilizado para financiar acciones sociales y benéficas. Ha habido gente dando dinero pensando que era para ayudar a huérfanos en Oriente Medio y era para el Daesh.

-La posición geoestratégica de España entre Europa, África y América, ¿agrava el desafío?

-España, tristemente, tiene una larga experiencia en lucha antiterrorista que le ha permitido desarrollar herramientas legales muy útiles ahora en la lucha contra el terrorismo en otros países. La experiencia de cómo se ha manejado este asunto es muy importante. España es un punto de conexión con otros continentes y, además, como sucede en otros países europeos, tiene experiencia en la recepción masiva de inmigrantes que son a menudo una vía utilizada por organizaciones criminales.

-¿Preocupa el regreso de terroristas de Oriente Próximo ahora que el Daesh pierde terreno?

-Es el principal desafío. Antes nos preocupaban los viajes a Siria. Ahora es cómo actuar con quienes vuelven tras haber cometido allí atrocidades. Existe riego real de que al volver actúen en Europa. Ese es el principal desafío. Otro son los lobos solitarios. Tratamos de establecer una guía con recomendaciones a los gobiernos para evitar sus ataques y articular fórmulas para tratar con las familias, especialmente las madres, para que que detecten la radicalización de los jóvenes, pero también para prevenir que radicalicen a sus hijos.

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