Nuestro país es muy dado a las dicotomías. Aquí por ejemplo se suele ser del Real Madrid o del F.C. Barcelona en lo futbolístico, de izquierdas o de derechas en lo político. Quedan en minoría los aficionados de equipos locales o los liberales. Este modelo, desgraciadamente se sigue en lo cultural. Acostumbramos a calificarnos como de Ciencias o de Letras. El modelo humanista de persona equilibrada y versada en ambas opciones, se considera que solo existió en el Renacimiento. Sin embargo hay excepciones notables, como en la milicia. Un infante de Marina que perdió un brazo en una famosa batalla naval, escribió el más grande libro de la historia de la Literatura y un marino ilustrado, Jorge Juan, hizo capitales descubrimientos biológicos y naturalistas, en su singladura por América del Sur. Por cierto los cuadernos de campo de este último se pueden contemplar aquí al lado, en el Observatorio de Marina de San Fernando. Estamos en los albores de la enésima reforma educativa que esta vez parece que va a ser consensuada. Volverá a ponerse de manifiesto la concepción política de la cultura que tanto retraso ha proporcionado a la enseñanza, en España. Saldrán otra vez los analfabetos funcionales que son los que gritan más alto en los debates, hablando de la pérdida de tiempo en estudiar latín y griego o filosofía, con lo bien que vendrían esas horas para estudiar algo más práctico, como el chino o la robótica. Desprecian lo que ignoran.

"La Filosofía y las Humanidades, dan una mayor amplitud de la mente a las personas, posibilitan saber plantear problemas, conceptualizar y expresar matices, y ser capaces de argumentar bien. Se tiene que aprender a disfrutar de actividades -la lectura, ir a un museo, asistir a un concierto- que no son experiencias y aventuras inmediatas, sino que requieren un esfuerzo y la capacidad de ser espectador y de comprender una obra de arte". Estas razones, pertenecen al manifiesto "Unas Humanidades con futuro" que suscribió un grupo de 400 intelectuales catalanes, capitaneados por la filósofa Victoria Camps. Las Humanidades, son la espina dorsal de la cultura europea y la base de la civilización mundial, además de un factor de humanización, de responsabilidad moral y cívica, y de crecimiento del espíritu humano. Sólo con su cultivo, los futuros hombres y mujeres de España podrán ser libres, justos y benéficos, como quería la Constitución de Cádiz.

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