Lo estamos viendo en diferido. Porque no sabemos si hoy es día de la Hispanidad, de la Catalanidad o de la Hispanoamérica de Andorra. Porque nos sentimos invadidos. No hace falta que se vayan de Cataluña porque ya nosotros somos más catalanes que cualquier otra región de Europa. La autopista es más catalana que de ellos pues ya llevamos muchos lustros de demora pagando la AP4 para poder ir a Sevilla. De vírgenes ni hablamos, porque la Moreneta lleva siglos en la Merced. Además corre el bulo que el carnaval se celebra este año en homenaje a Puigdemont que estará presente en el gran teatro porque el Falla es el Liceo con más salero. De los cavas no tenemos nada que envidiar. Tenemos finos, blancos y hasta tintos. Viñas nos sobran y lo de nuestras bodegas del marco apostando por espumosos es una realidad. Que Montmeló quiere trasladarse, pues que venga a Montecastlé y así tenemos doble pistas para el mundial. Que las Ramblas quieren independizarse, pues mejor, porque aquí nos sobran paseos del Real, del caballo y de las palmeras. De avenidas diagonales o de 'carrers' ni hablamos. Aquí tenemos más rotondas que vueltas está dando el 'procés' y más carreras oficiales que todas las ciudades secesionistas juntas.

No hace falta que los bancos se vengan de Cataluña, ya hace años que la Caixa se apalancó en Jerez. El pan tumaka no tiene que exportarse, ya hace década que los desayunos de la Moderna alardean de pan, aceite y tomate del bueno. Tampoco hace falta que la cerveza San Miguel se venga. Ya tenemos la Cruzcampo. Y para qué hablar de TV3 si tenemos una de las mejores televisiones municipales de España, tan independiente, tan independiente, que va a su rollo, y poca gente sabe de que va. Menos mal que nos queda la crema. La catalana. Para deleite de los sentidos. La de Soler.

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