El estadounidense Errol Morris defendió ayer en la Berlinale su documental Standard Operating Procedure, una película "de horror, pero de no-ficción" sobre las torturas a los presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib. "Quería contar la verdad del horror de la política actual de EEUU y lo hice a través de unas fotos que sacudieron al mundo entero", dijo el cineasta tras el estreno mundial de su filme, el primer documental a competición en la historia de la Berlinale. Morris toma como base un millar de fotografías tomadas en 2003 en esa cárcel de Iraq, y algunos testimonios, como el de la soldado Lynndie England, penosamente célebre por protagonizar una fotografía (con un preso atado a una cadena como un perro) que es símbolo de estas atrocidades.
El contraste lo puso el británico Mike Leigh, que hace en Happy-Go-Lucky un elogio a la felicidad. Leigh sabe que "el mundo no es maravilloso", por eso responde con "optimismo" en una historia protagonizada una muchacha llamada Poppy empeñada en habitar un mundo de colorines.
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